Los molinos de viento del Quijote vuelven a funcionar quinientos años después
Se trata de los molinos de Campo de Criptana que según los estudiosos, son los que Cervantes describe en el capítulo VIII del Quijote en que su protagonista los confunde con gigantes


Tres de los diez molinos harineros de Campo de Criptana que inspiraron a Cervantes para citarlos en El Quijote han vuelto a funcionar quinientos años después de que lo hicieran por primera vez, gracias a una iniciativa que ha permitido su recuperación y restauración.
La puesta en marcha de los molinos se ha escenificado en un acto que ha tenido lugar hoy en la sierra de este municipio manchego que cobija estos ingenios industriales, ante la atenta mirada de cientos de personas, según ha informado el Ayuntamiento.
El alcalde de Campo de Criptana, Santiago Lucas-Torres, ha asegurado que la puesta en marcha simultánea de los tres únicos molinos de viento del siglo XVI existentes en la Península Ibérica "es un paso de gigante para poder obtener su declaración como Patrimonio de la Humanidad".
Lucas-Torres ha subrayado la vinculación de los molinos de viento con la historia, con la literatura y con el modo de ser de un pueblo. En este sentido, se ha referido a los molinos que inspiraron a Cervantes para narrar la aventura más famosa de la literatura universal y que supone "un homenaje a nuestros antepasados".
Su funcionamiento, ha indicado, también es desarrollo para este pueblo, ya que los molinos de viento son el principal foco de atracción de los más de 200.000 turistas que visitan anualmente Campo de Criptana, entre los que destacan más de 25.000 japoneses.
Los molinos restaurados, además de recobrar su aspecto original, son capaces de moler grano tal y como hacían hace quinientos años, gracias a la reconstrucción minuciosa de sus mecanismos. Los molinos de viento de Campo de Criptana están considerados un interesante patrimonio etnográfico e industrial, que, además, se considera seña de identidad del territorio manchego y español.
En el siglo XVIII, el Catastro del Marqués de la Ensenada documentaba la existencia de 34 molinos harineros en Campo de Criptana, de los que hoy se conservan diez, de los cuales solamente tres -los denominados "Sardinero", "Burleta" e "Infanto", del siglo XVI- conservan gran parte de su estructura y mecanismo original y están declarados Bienes de Interés Cultural desde 1979.
Según los estudiosos, los molinos de Campo de Criptana son los que Cervantes describe en el capítulo VIII del Quijote y que su protagonista confunde con gigantes, en uno de los episodios más conocidos de la novela.




