Los Reyes y Arabia Saudí abren el diálogo religioso entre musulmanes, judíos y cristianos

Los reyes Juan Carlos de España y Abdalá bin Abdelaziz de Arabia Saudí han inaugurado este miércoles la Conferencia Internacional para el Diálogo en la que líderes y expertos musulmanes, judíos y cristianos, así como de otros muchos credos, buscarán vías para fomentar el diálogo y el entendimiento mutuo.

El monarca español ha ofrecido un discurso en el que ha expresado su deseo de que este encuentro sirva para avanzar hacia "un mundo que acabe para siempre con la inaceptable barbarie terrorista, que luche contra el hambre, la enfermedad y la pobreza", y que promueva la defensa del medio ambiente.

En la ceremonia de inauguración, celebrada en el Palacio del Pardo, la residencia de los líderes extranjeros en sus visitas a España, también han participado el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y el secretario general de la Liga del Mundo Islámico, Abdalá Al Turki, la organización que convocó este foro, a instancias del monarca saudí.

Al Turki ha explicado en su intervención que el objetivo de esta cita de líderes, intelectuales, políticos y expertos, tanto civiles como religiosos, es hablar y aunar esfuerzos para lograr que ese diálogo dé resultados concretos. De lo que se trata,ha dicho, es de "que esta Conferencia no sea como otras, estériles, que se traduzca en proyectos operativos, materiales y que sea objeto de seguimiento" por parte de los organizadores. Las sesiones de trabajo han comenzado esta tarde en un hotel madrileño, centradas en "el diálogo y sus fundamentos en la religión y la civilización".

Esta previsto que en este debate participen el ministro de Cultura libanés, Tarik Mitra; el consultor en el Banco Islámico de Dubai Hussein Hamed Hassan; el presidente de la Fundación estadounidense Appeal Conscience, el rabino Arthur Schneier; y el presidente de la Asociación Internacional del Diálogo en India, el doctor M.M. Verma.

Entre los objetivos de la Conferencia destaca el de consolidar el proceso de diálogo; coordinar posturas para contrarrestar comportamientos contrarios a la naturaleza, ética y valores sociales; consolidar valores morales y prácticas sociales contra el libertinaje, decadencia moral y la disolución de la familia; y contrarrestar corrientes que avivan el choque entre pueblos y naciones.