El G-8 debe igualar el compromiso de EEUU en lucha contra el SIDA
En México, el país anfitrión, el compromiso de alcanzar en 2010 "acceso universal" al tratamiento para todos los enfermos de SIDA parece lejano, al igual que en muchos países
La XVII Conferencia Internacional sobre el SIDA (AIDS 2008) concluyó ayer en México con un llamamiento a los países del Grupo de los Ocho (G-8) a que hagan un esfuerzo económico e igualen el plan de ayuda aprobado por EEUU, uno de sus miembros, a finales de julio pasado.
"¡Deben igualar la contribución de EE.UU. ahora!", pidió el nuevo presidente de la Sociedad Internacional de SIDA, el canadiense de origen argentino Julio Montaner.
El 30 de julio pasado, el presidente estadounidense, George W. Bush, promulgó una ley que triplica a 48.000 millones de dólares la ayuda de su país en la lucha global contra el SIDA en los próximos cinco años.
Hace dos años, la anterior conferencia, celebrada en Toronto, terminó con otra petición dirigida a los países más industrializados del planeta para que cumplan con las promesas que han hecho en los últimos años para hacer frente al VIH/SIDA, una epidemia con 33 millones de personas contagiadas en el mundo.
En busca del acceso universal
En México, el país anfitrión, el compromiso de alcanzar en 2010 "acceso universal" al tratamiento para todos los enfermos de SIDA parece lejano, situación que se repite en muchas naciones.
No obstante, el director ejecutivo del Fondo Mundial para la Lucha contra el VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria, Michel Kazatchkine, recordó en su discurso de clausura que los logros alcanzados están "salvando vidas a una escala sin precedentes". También se congratuló porque "contrario a algunas predicciones, no hay evidencia alarmante acerca de que haya resistencia a los medicamentos" antirretrovirales (ARV).
Reconoció que un cuarto de siglo después de la aparición de la enfermedad, el liderazgo contra la epidemia "está pasando al Sur", con ministros de Salud, jefes de Estado, gente joven y personas que viven con el virus y cada vez más implicadas para hacerle frente.
Mencionó que quedan muchos retos para el futuro, entre los que citó cuatro: mejorar los derechos humanos de los seropositivos, avanzar en la investigación, reforzar los sistemas de salud para atender mejor a las personas con VIH, y que haya fondos para que la lucha sea sostenible.
Diversas protestas incluidas
Su intervención estuvo interrumpida por un grupo de activistas que solicitó mejores condiciones de vivienda para las personas con VIH. Otro grupo de manifestantes se presentó en la sala de sesiones para criticar a México por no facilitar suficientes antirretrovirales a los casi 200.000 contagiados con VIH en el país.
Uno de los copresidentes de la Conferencia, el mexicano Luis Soto Ramírez, dijo que en el futuro los dos grandes enemigos que tiene el VIH son "la complacencia política" y una posible "falta de fondos" para atender durante más tiempo a todas las personas que necesitan tratamiento y programas preventivos.
A la XVII Conferencia Internacional sobre el SIDA asistieron unos 21.000 delegados, 3.000 periodistas y más de 55.000 visitantes, en el que fue el primer congreso de este tipo sobre la enfermedad celebrado en América Latina.




