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En EEUU se practica el castigo físico en las escuelas de varios estados

Trece estados permiten lo que se denomina el "paletazo" o "reglazo" a los menores por infracciones como comer chicle o responder a un profesor

Más de 200.000 niños en las escuelas públicas de Estados Unidos sufrieron castigos físicos en el curso 2006-2007, afirma hoy un estudio realizado conjuntamente por la Unión de Libertades Civiles y el grupo Human Rights Watch

En los trece estados que castigaron físicamente a más de 1.000 estudiantes por año, las niñas negras tuvieron dos veces más probabilidades de ser golpeadas que las blancas.

Estos trece estados son: Florida, Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Alabama, Tennessee, Kentucky, Misisipi, Arkansas, Misuri, Luisiana, Texas y Oklahoma.

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En el informe, de 125 páginas, se afirma que en los estados de Texas y Misisipi los alumnos de entre tres a 19 años son castigados físicamente, de manera rutinaria, por infracciones menores tales como mascar chicle, responderle a un maestro, o violar el código de vestimenta, así como por otras transgresiones más graves como las peleas.

El castigo corporal de los escolares, que es legal en 21 estados, típicamente consiste en el "paletazo" o "reglazo", durante el cual un administrador o docente golpea a un niño o una niña repetidas veces las nalgas con una tabla de madera.

"Todas las escuelas públicas necesitan métodos de disciplina que sean eficaces, pero golpear a los niños les enseña violencia y no pone fin a la mala conducta", dijo Alice Farmer, autora del informe.

"El castigo corporal desalienta el aprendizaje, no previene la mala conducta y a veces, aún, la provoca".

El informe encontró que en los trece estados del sur del país donde es más común el castigo corporal, los estudiantes negros son castigados en una tasa 1,4 veces más alta de lo que podría esperarse dado su número en la población estudiantil, y las niñas negras tienen 2,1 veces más probabilidades de recibir la "paleta".

"Los estudiantes de minorías en las escuelas públicas se enfrentan a numerosas barreras", dijo Farmer. "La exposición de estos niños a tasas desproporcionadas de castigo corporal en las escuelas crea un ambiente hostil en el cual estos alumnos deben bregar aún más".

Según el informe, los estudiantes con discapacidades mentales y físicas también reciben castigo de forma desproporcionada, con consecuencias potencialmente graves para su desarrollo.

En Texas, por ejemplo, el 18,4 por ciento del número total de estudiantes castigados físicamente fueron alumnos de educación especial, aunque conforman sólo el 10,7 por ciento de la población estudiantil.

Una educación violenta

El informe titulado "Una educación violenta", es el resultado de cuatro semanas de investigación en Misisipi y Texas a finales de 2007 y comienzos de 2008, que incluyó más de 175 entrevistas con niños, maestros, padres y madres, administradores, directores, y miembros de juntas escolares.

El informe documenta varios casos en los cuales los niños recibieron golpes que causaron lesiones casi graves. Dado que los docentes que golpean a los alumnos tienen inmunidad bajo la ley, las familias que buscan justicia para sus hijos lesionados encuentran resistencia de la policía, los fiscales, y los tribunales.

Según los grupos defensores de los derechos, las familias también encuentran obstáculos enormes, y a veces insuperables, si tratan de impedir el castigo físico de sus niños.

Human Rights Watch y la Unión de Libertades Civiles pidieron que el gobierno de Estados Unidos prohíba el castigo corporal en todas las escuelas públicas, e instó a los gobiernos de los estados, las juntas escolares, los superintendentes y administradores que eliminen el castigo físico en sus escuelas.

 
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