Encuentran en Turquía una estatua colosal del emperador romano Marco Aurelio
Sólo la cabeza de la gran escultura del gobernante filósofo mide 80 centímetros y pesa 350 kilos
Una colosal estatua del emperador romano Marco Aurelio Antonino Augusto, apodado "El Sabio", ha sido hallada en la antigua ciudad romana de Sagalassos, situada en la cordillera de Taurus (sur de Turquía). Un grupo de arqueólogos de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) halló, la semana pasada esta escultura cuya cabeza mide 80 centímetros y pesa 350 kilos.
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El director de la excavación, Marc Wealkens, ha explicado que la importancia del descubrimiento de la estatua radica, por un lado, en "la perfección con que está tallada", además de que forma parte de un colosal grupo de estatuas de varios miembros de la dinastía Antonina, de origen hispánico, que reinó en el Imperio Romano entre los años 96 y 192 de nuestra era, lo que la convirtió en la familia más longeva al frente de Roma y que dio a algunos de los gobernantes mejor valorados de la historia de ese imperio.
Por sus dotes de filósofo, Marco Aurelio fue uno de los máximos exponentes del estoicismo y su legado se resume en las Meditaciones, elogiada obra que trata del gobierno ideal.
En julio de 2007 el equipo arqueológico belga también halló los restos de una representación del emperador Adriano (que gobernó entre los años 117 y 138 d.C.). De la magnitud de la estatua original de Adriano nos da una idea el tamaño de los pedazos rescatados: sólo su cabeza mide 70 centímetros y la parte inferior de la pierna, entre rodilla y tobillo, un metro y medio.
Asimismo, hace tan sólo unas semanas se rescató la cabeza prácticamente intacta de Faustina la Mayor, mujer del emperador Antonino Pío, que gobernó entre 138 y 161.
Se calcula que estas estatuas tenían una altura de entre cuatro y cinco metros antes de que un terremoto en el siglo IV redujera a escombros las termas en las que se encontraban y una plaga diezmara a la población local y provocara el posterior abandono de la localidad romana.
Una ciudad "fantástica"
Considerada una de las ciudades de la Antigüedad mejor conservadas del mundo, las ruinas de Sagalassos se yerguen entre las rocas de los montes Taurus situadas por encima de los 1.400 metros de altitud.
Sus restos fueron descubiertos para el público europeo a inicios del siglo XVIII por el explorador francés Paul Lucas, quien creyó hallarse ante una ciudad fantástica "habitada por hadas", según explican los investigadores belgas en su página web.
Además de los restos romanos, existen indicios de asentamientos humanos desde hace 10.000 años y se sabe que la ciudad de Sagalassos era la más próspera de la antigua región de Pisidia cuando fue conquistada por Alejandro Magno en el siglo IV a.C.
"Las estatuas de Marco Aurelio, Adriano y Faustina se encuentran en lo que se suele denominar Sala de los Emperadores de las termas romanas, que normalmente estaba dedicada al gobernante del imperio", aclaró Wealkens.
Esta ''Sala de los Emperadores'' correspondía probablemente, dijo el profesor belga, al ''frigidarium'' o zona fría de las termas, que en el caso de los baños de Sagalassos se trata de una habitación con forma de cruz de unos 1.250 metros cuadrados y cubierta de mosaicos.
Según la Universidad Católica de Lovaina, el inicio de la construcción de estos baños romanos puede datarse a principios del reinado de Adriano (aunque no fue completado hasta varias décadas después), al igual que el santuario del culto a los emperadores Adriano y Antonino Pío, también hallado en Sagalassos.
Los arqueólogos belgas creen que, según los demás restos encontrados -dos pies femeninos y un vestido-, aún podrían hallarse nuevas figuras de personas pertenecientes al entorno de Adriano, como su mujer Vibia Sabina, forzada a casarse con él a los 14 años, o Antinoos, el amante del emperador.