El puente de Calatrava en Venecia se queda sin inauguración
El arquitecto valenciano sale al paso de las críticas por el elevado coste de su construcción. Se trata del primer puente que se construye en la ciudad en 125 años
El arquitecto valenciano Santiago Calatrava ha defendido hoy de las críticas su puente de Venecia, una obra que rompe el inmovilismo arquitectónico de la ciudad al ser el primero que se construye desde hace 125 años.
Bautizado como el 'Puente de la Constitución', se trata de la cuarta pasarela sobre el Gran Canal, y mientras unos lo defienden como "una obra de arte", otros lo critican por su elevado coste.
Esas críticas, vertidas por los partidos más conservadores hacia una obra ejecutada por un Ayuntamiento del centroizquierda, han llevado al Municipio a cancelar su inauguración oficial el 18 de septiembre a cargo del presidente de la República, Giorgio Napolitano.
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El puente, una estructura ligera y flexible que desde ciertos ángulos puede recordar el ala abierta de un ave, mide 94 metros de largo y un ancho que varía entre los 5,58 metros y los 9,38.
La construcción, que según el alcalde de Venecia, Massimo Cacciari, será abierta al público en los próximos días, unirá la única zona de la ciudad accesible con automóvil a la estación de trenes.
A falta de una inauguración oficial, Calatrava defendió su obra en una rueda de prensa en la que durante más de una hora explicó la construcción.
Calatrava se defiende
Para empezar, Calatrava recordó su currículum, "arquitecto e ingeniero" con "más de cuarenta puentes construidos", "doce estaciones de trenes" y "el noventa por ciento" de su trabajo dedicado a obra pública durante "veintisiete años de profesión".
Después, rechazó una por una las críticas, que además del encarecimiento del presupuesto, están relacionadas con la falta de previsión de un acceso para minusválidos o la seguridad de la construcción.
Calatrava no se siente responsable nada más que de la seguridad, porque él, "tras entregar el proyecto", se convirtió en "un simple asesor artístico".
De ese aspecto de la seguridad se mostró tranquilo cuando aseguró que ha superado "cum laude" las exigencias de la ley italiana, auditadas por una empresa externa y, sobre todo, cuando declaró que el puente durará "más de cien años".
De otros aspectos, como el acceso a los minusválidos, dijo que es "responsabilidad pura" del Ayuntamiento.
El Municipio decidió que el asunto se resolviera de la forma en que se resuelve con la inmensa mayoría de los puentes de la ciudad: "utilizando lo que se llama el ascensor horizontal, es decir, el vaporetto y el taxi de agua, gratis para los minusválidos".
Sobre la crítica del encarecimiento, Calatrava reconoció haber subestimado los costes, pero observó que al no haber ejecutado la obra no se le podía pedir más. El presupuesto pasó de 7,2 millones de euros inicialmente a 11,2 millones.
Para refrendar las palabras del arquitecto español acerca del presupuesto, el alcalde de Venecia retó a quién demuestre que se podía haber hecho con menos dinero: "estoy dispuesto a pagar diez mil euros de mi bolsillo a quien me demuestre que se podía haber hecho con un euro menos".
En Italia, muchos consideran que las críticas tienen más un componente político que real, incluidas las de quienes alegan razones estéticas para mantener la ciudad sin cambios.
En la cuestión estética, Calatrava se explaya y se encuentra a gusto: "he tratado de escribir poesía con unos versos muy fáciles", tratando de mantener el equilibrio entre el clásico y lo moderno. Pero para Calatrava lo moderno es importante, porque cada época artística es un desarrollo de la anterior, "como el barroco al renacimiento".
Calatrava destaca que ese equilibrio entre lo clásico y lo moderno se refleja en la presencia de los materiales, como la piedra y el bronce en recuerdo al pasado, y el cristal laminado, que permite ver la transparencia de las paredes laterales, o el vidrio de los escalones que deja pasar la luz hacia abajo, en alusión a lo moderno.
Además destacó la cuidada iluminación del puente, pues de noche se convierte en "una alfombra de luz", pero manteniendo "la intimidad" que Venecia guarda por la noche.
El arquitecto, que ahora vive en Nueva York, donde construye una de las estructuras del Port Authority en la zona cero de Manhattan, resaltó que se trata también del primer puente de Venecia que el peatón podrá pasear por debajo, por lo que no será sólo "un sitio de tránsito, sino un lugar de reflexión".