Los militares blindan Rangún en el primer aniversario de la 'Revolución del Azafrán'
El color granate del hábito de los monjes dio nombre al mayor levantamiento popular en dos décadas, brutalmente sofocado por la Junta Militar

Se cumple un año de la Revolución Azafrán. El color granate del hábito de los monjes dio nombre al mayor levantamiento popular en dos décadas, brutalmente sofocado por la Junta Militar(Reuters)

Las fuerzas de seguridad birmanas han tomado hoy las calles de Rangún para impedir que ocurran actos de protesta en el primer aniversario de las masivas manifestaciones a favor de la democracia encabezadas por los monjes budistas. El color granate del hábito de los monjes dio nombre en 2007 al mayor levantamiento popular en dos décadas, brutalmente sofocado por la Junta Militar. Las protestas comenzaron a raíz de la decisión de duplicar el precio del combustible y de muchos artículos básicos de la noche a la mañana, y a ellas se unieron por primera vez los reverenciados monjes budistas.
Desde primera hora de la mañana, camiones del Ejército han patrullado las calles y furgonetas de la Policía han vigilado en particular las pagodas de Shwedagon y Sule, en el centro de la ciudad y de donde partieron las marchas de 2007, según han informado testigos citados por los grupos disidentes.
Una bomba de fabricación casera estalló ayer delante del Ayuntamiento y causó un muerto y varios heridos, aunque por el momento se ignora el grupo que estuvo detrás de su colocación.
Qué ocurrió hace un año
En la madrugada del 25 al 26 de septiembre de 2007 comenzó la represión de los manifestantes, que durante varios días echaron un pulso al régimen que recordó al espíritu de las protestas de 1988, cuando nació el movimiento democrático en Birmania.
Aquel año, más de 3.000 estudiante que exigían reformas democráticas al régimen entonces liderado por el general Ne Win perdieron la vida en las calles de Rangún por disparos de los soldados, a los que se dio orden de disparar contra las masas para abortar como fuera la rebelión.
La desproporcionada reacción a las manifestaciones obligó a Ne Win a convocar elecciones democráticas en 1990, en las que arrasó la Liga Nacional por la Democracia de Aung San Suu Kyi.
Sin embargo, los resultados no fueron reconocidos por los militares, que optaron por poner a Suu Kyi bajo arresto domiciliario, situación en la que ha permanecido durante la mayoría de los últimos años.




