Más intensidad y argumento en el último debate
El debate estuvo centrado en la economía, en momentos en los que los mercados volvieron a caer -un 7,87% ayer en Nueva York-
El tercer y último debate entre los candidatos presidenciales de EEUU, el demócrata Barack Obama y el republicano John McCain, trascurrió esta noche en la Universidad Hofstra, en las afueras de Nueva York, y estuvo centrado en la economía y en asuntos de interior.
Desde el minuto uno del debate, McCain intentó acercarse a la clase trabajadora y para ello no dudó en recurrir a un fontanero llamado Joe como ejemplo, aunque al final ha acabado insistiendo demasiado para perderse en su propio discurso.
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Otro de sus intentonas: la de sacarse la sombre de Bush. Así lo demostró en numerosas ocasiones el senador republicano incluso increpando y dejando claro a Barack Obama: "Yo no soy George W. Bush, si usted quería si quería debatir con él tenía usted que haberse presentado hace 4 años".
"He estado en desacuerdo con algunas políticas de Bush", afirmó McCain durante este tercer y último cara a cara disputado en Nueva York. "Al contrario que Obama, yo sí me he enfrentado a los líderes de mi partido en cuestiones clave, como la comisión de investigación del 11 S y la cuestión medioambiental entre otras", agregó.
Bush, el tercero en discordia
El demócrata trató de vincular a su rival republicano con esas políticas de endeudamiento, al señalar que McCain había votado por la mayoría de los presupuestos presentados por Bush. "El senador McCain votó por cuatro de los cinco presupuestos de Bush", afirmó Obama.
En ese punto, el candidato republicano respondió que logrará "equilibrar el presupuesto", mediante una política que haga hincapié en la independencia energética, en el control del gasto y la lucha contra los intereses especiales.
McCain, que en su campaña ha insistido en su trayectoria independiente y en su disponibilidad a plantar cara a su propio partido, dijo hoy que se había opuesto a la actual administración en asuntos como el cambio climático o la forma en la que se había gestionado la guerra de Irak. "Tengo un largo historial reformista", apostilló McCain.
Un Obama, a por todas
Obama, por su parte, aseguró que logrará reducir el gasto público al establecer prioridades que implican acabar con aquellos programas federales que no funcionan y que permita continuar y mejorar aquellos que sí tienen un buen rendimiento.
"Eliminaré un montón de programas que no funcionan", prometió el demócrata, quien también insistió en la necesidad de impulsar una política energética independiente y en apostar por la educación de la próxima generación de estadounidenses.
Acusaciones de 'campaña sucia'
Éstas se han sucedido y han sido constantes en toda la campaña y hoy se han recordado aquí.
Asíl el candidato demócrata a la Presidencia de Estados Unidos, Barack Obama, se defendió hoy de las acusaciones que garantizaban que era amigo de terroristas y explicó que ese tipo de cuestiones son "muy serias".
"Nos tenemos que centrar en los aspectos que realmente importan y dejar de lado el desgaste al rival durante lo que queda de campaña", explicó Obama a su contricante, el republicano John McCain, quien reconoció que la campaña estaba siendo dura.
Ambos candidatos reiteran sus posiciones ante el aborto
El aspirante republicano a la presidencia de EEUU, John McCain reiteró hoy su oposición al aborto, pero aseguró que su opinión frente a ese asunto que divide a los estadounidenses no incidiría a la hora de designar a los jueces del Tribunal Supremo del país.
"La designación de los candidatos al Supremo debe basarse en sus antecedentes, en sus dictámenes, no en su ideología política", dijo McCain en el tercer y último debate frente a su rival demócrata, el senador por Illinois Barack Obama. "Debemos designarlos de acuerdo a sus buenas calificaciones, aunque no creo que ser partidario del aborto sea una buena calificación", dijo McCain.
El aborto que quedó legalizado en 1973 y ha sido desde ese año un problema el punto principal de contención entre los sectores conservadores.
Justicia
El Tribunal Supremo, la última instancia judicial del país, está integrado por nueve jueces con carácter vitalicio que son designados por el presidente de EEUU y cuyo nombramiento debe ser ratificado por el Congreso.
Obama coincidió con McCain en cuanto a que lo primordial en la designación de esos magistrados "es la forma en que se valore su capacidad de administrar justicia". "Yo miraré sus antecedentes cuando se trate de hacer una designación de ese tipo", dijo.
"Pero yo soy alguien que cree que la decisión (de legalizar el aborto) fue la correcta. Son las mujeres, en consulta con sus familiares, las que están en mejor posición de tomar una decisión", sobre el aborto, concluyó Obama.
Carlos Fuentes, un escritor que apoya a Obama
17:09
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