Sociedad

Una afectada por la Ley de Dependencia: "A Aguirre debería caérsele la cara de vergüenza"

Con una madre de 96 años y un marido de 74 con Parkinson, no recibe ninguna ayuda de la Comunidad de Madrid

Aída Naredo tiene que cuidar cada día de su madre de 96 años y de su marido de 74, que tiene Parkinson. Hace seis meses que Aída habló en la Cadena SER para contar su día a día: cuidaba a dos dependientes sin ninguna ayuda de la Comunidad de Madrid. Medio año ha pasado, pero su situación no ha cambiado. Bueno, sí, a peor.

"Las piernas no me tienen, si no fuera por mi hija no sé qué haría", es el testimonio de la madre de Aída Naredo, de 96 años de edad. Su marido tiene Parkinson y "ha comenzado a tener demencias tipo Alzheimer", confiesa Aída en 'Hoy por Hoy'. Le baña, le afeita, y ya apenas puede andar.

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"Es muy duro dedicar 24 horas a esto sin que nadie te eche una mano de alguna forma. Sin poder salir al banco ni una hora. Estaba esperanzada con la Ley de Dependencia, pero ahora estoy desilusionada. ¿Por qué en Madrid esto no va adelante?". Es el testimonio de Aída, para la que las cosas cada día van a peor.

"Saben que mi marido tiene una enfermedad degenerativa y progresiva. Empeora por días. Le dejaron sin gimnasia y ahora va muchísimo peor. Ya no camina nada. Pepe no reconoce su casa, tira la ropa por la noche porque cree que vienen a por nosotros, qué por dónde escapamos...", explica una descorazonada Aída.

"Cuando escuché a Esperanza Aguirre el otro día en la SER hubiera mordido, no sé cómo no se le cae la cara de vergüenza", reconoce.

Hace seis meses, cuando contó sus circunstancias en 'Hoy por Hoy', se comprometieron a ayudarla. No ha sido así: "La señora que dijo que estaría pendiente del caso no me volvió a llamar. Me llamó a los tres días de salir en la radio y después no volvió a hacerlo".

En otras Comunidades sí hay ayudas

La situación para Aída ya es insostenible, y no lo entiende, ya que sabe que en otras Comunidades la Ley de Dependencia sí está funcionando: "Soy asturiana y tengo conocidos que están mejor que yo, que están recibiendo ayudas desde hace un año. Estoy desesperanzada. Tengo ocho personas por delante para un centro de día. ¿Qué tengo que esperar, a que se mueran? Hay días que no me puedo ni mover, ni poder bajar a por el pan y quedarme tranquila de lo que le pueda pasar a mi marido o a mi madre. Tuve que dejar de trabajar y eso me afectó muchísimo psicológicamente".

Y cuando llama a la Comunidad para pedir explicaciones sólo la dicen que "hay que esperar". El único consuelo que le queda Aída, contarlo: "Con esto al menos se siente uno mejor por poder contarlo".

El caso de Aída no es ni mucho menos único, ya que son muchas las personas que están padeciendo esta misma situación sin que las instituciones tomen cartas en el asunto.

Una afectada por la ineficaz Ley de Dependencia en Madrid: "A Aguirre debería caérsele la cara de vergüenza"