Víctima en Barajas: "Tardaron más de 40 minutos en rescatarme"
Una de las supervivientes del accidente testifica. "Tuve la percepción de que el avión no iba bien", afirma
El peor accidente aéreo del aeropuerto de Barajas desde 1983, se ha cobrado, por el momento, 35 víctimas y hay más de 40 heridos
"Es tremendo lo que tardaron en venir a rescatarnos. Calculo que fueron más de 40 minutos. Estoy viva porque estaba consciente y avisé con uno mano a los médicos". María Loreto Mercedes, una de los 18 supervivientes del accidente del avión de Spanair, ha denunciado ante el juez Javier Pérez la tardanza de los equipos de rescate en auxiliar a las víctimas del siniestro, criticando el diseño de la pista 36L de la Terminal 4 por estar al lado de "una vaguada, un río y una zona arbolada" y que los controladores de la Torre de Control no se percatasen del impacto cuando el avión estaba en la cabecera de la pista.
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Tres meses y medio después de la catástrofe, que se cobró la vida de 154 personas, el instructor ha escuchado el desgarrador testimonio de tres supervivientes. José Alonso, que llevaba un collarín, ha llegado a la sede judicial con su hija, quien todavía está en silla de ruedas. El 20 de agosto, el hombre, de 47 años, perdió a su esposa y a su otra hija. "No quiero hablar. Bastante tengo con ver a mi hija en silla de ruedas", ha pedido a los medios poco antes de comparecer ante el juez.
"Todo el mundo tiene un poco de responsabilidad"
Mientras José declaraba, la hermana de Loreto condujo hasta la puerta del Juzgado de Instrucción número 11 la silla de ruedas en la que la superviviente está postrada. Frente a la puerta, ha comentado que perdió a su hija de 23 años en el accidente. "Eso es lo peor", ha dicho con voz quebrada, agradeciendo el apoyo prestado por su familia para salir adelante. "Me encuentro de ánimo mal, pero físicamente mejor".
La mujer, de 57 años, sufrió fracturas en las rodillas, en las piernas, en el rostro y en los tobillos. "Me han reconstruido la cara. Antes era más guapa", ha bromeado. Hasta ahora, según, ha tratado de mantenerse al margen de las informaciones. Pero sí ha querido trasladar a los periodistas que del accidente se derivan responsabilidades de "muchas personas y entidades". "Hay responsabilidades de todos. Desde la compañía, hasta Fomento. Todo el mundo tiene un poco de responsabilidad".
Ser médico le salvó la vida
Loreto, natural de Monforte de Lemos, tomó el pasado de agosto, junto a su hija, el avión JK5022 de Spanair para regresar a Las Palmas de Gran Canaria tras terminar una comisión de servicios en las Islas Seychelles, al noroeste de Madagascar. Su especialidad es medicina intensiva, especialmente medicina de catástrofes. Eso le salvó la vida.
La mujer se sentó en la segunda fila del avión, mientras que su hija iba unas plazas más atrás. "Tuve la percepción de que el avión no iba bien. Se abortó un primer despegue y se cargó de combustible el avión. En el segundo despegue, algo no iba bien y pensé que se abortaría. Mi sorpresa fue que salió. A los segundos viramos y chocamos", ha contado en el exterior de los Juzgados.
Loreto quedó tendida en el suelo, con el cuerpo prácticamente destrozado. "Estaba consciente y avisé con la mano izquierda a los médicos. Les comenté que tenía un hemotórax y que debían de pincharme en la pleura. Estoy viva porque soy médico y porque me diagnostiqué", subrayó, a lo que añadió: "Si llego a estar inconsciente, me hubieran dejado de lado. Estoy segura que estaría muerta". Según sus cálculos, los médicos llegaron a los 40 minutos. "Iba perdiendo capacidad respiratoria. Si tardan un cuarto de hora más, estaría muerta", reseñó. Tras ser rescatada, la trasladaron al hospital, donde permaneció cinco semanas en coma inducido.
Tanto ante el juez como ante los periodistas, la mujer denunció la tardanza de las operaciones de rescate, preguntándose "cómo se pudo tardar tanto si el avión estaba en la cabecera de la pista y los bomberos lanzaron tres bengalas para alertar de lo sucedido". "Cómo puede haber una vaguada, un río y una arboleda al lado de la pista de un aeropuerto", criticó.
"No hubo ninguna explosión
La superviviente se preguntó también por qué los controladores aéreos no vieron el accidente y por qué Spanair presionó para que el avión saliese, pese a que el piloto había detectado un fallo en alusión al calentamiento de la sonda que mide la temperatura exterior (RAT). "Cargaron el avión de combustible para que en la escala de Las palmas saliese sin demora. La compañía presionó para que saliera en cualquier circunstancia", denunció.
El último en ofrecer su testimonio ha sido Rafael Vidal Rodríguez, de 31 años, quien todavía necesita unas muletas para andar. "Esto es bastante desagradable para que me hagáis hablar", ha dicho a los periodistas en los pasillos. No obstante, quiso aclarar que cuando salió del hospital tuvo conocimiento de las barbaridades que habían publicado los medios. "No hubo ninguna explosión".
Por otro lado, el magistrado constituyó esta mañana la comisión que estudiará las causas del siniestro. Para evitar filtraciones, el juez decidió crear otro órgano pericial independiente a la Comisión de Investigación de Aviación Civil, del Ministerio de Fomento, para analizar por qué el MD-82 se estrelló el pasado 20 de agosto.
El 15 de noviembre, el juez pidió a los Colegios Profesionales de Pilotos y de Ingenieros Aeronáuticos que remitiesen un listado de al menos treinta pilotos e ingenieros aeronáuticos en activo, con una antigüedad profesional mínima de quince años en el ejercicio de sus respectivas profesiones. La comisión estará formada por dos pilotos, dos ingenieros aeronáuticos superiores, dos técnicos y dos mecánicos.
Superviviente de Barajas: "Todo el mundo tiene algo de responsabilidad"
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