Diez muertos en enfrentamientos entre sicarios y militares en el sur de México
En los enfrentamientos murió un soldado y nueve integrantes del grupo armado
Diez personas murieron este lunes en varios enfrentamientos entre militares y supuestos sicarios del crimen organizado en el estado de Guerrero, en el sur de México, según informó la Secretaría de Seguridad Pública local.
En los choques armados, que duraron casi media jornada y en los que también participaron policías, murió un soldado y nueve integrantes del grupo armado que se enfrentó a las fuerzas castrenses.
Los tiroteos tuvieron lugar en la comunidad de Palos Altos, municipio de Arcelia, colindante con el estado de Michoacán.
Delincuencia organizada
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Según la Secretaria de Seguridad Pública, todo comenzó con un tiroteo entre dos grupos rivales de la delincuencia organizada, que obligó al Ejército y a las policías federal, estatal y municipal a intervenir.
Al llegar al lugar, los uniformados fueron recibidos a tiros, lo que propició un intercambio de disparos en el que murieron los nueve sicarios y el militar, y resultaron heridos dos agentes policiales.
Tras los tiroteos, que comenzaron a las tres de la madrugada y terminaron cerca de las dos de la tarde del domingo, las autoridades encontraron otro cadáver en un vehículo abandonado y decomisaron otros diez automóviles, 14 armas largas y cinco cortas, además de dos granadas de mano.
En el poblado de Palos Altos unos 400 soldados y efectivos de las distintas corporaciones policíacas han acordonado la zona de los enfrentamientos.
Cabezas humanoas
Por otra parte, en la ciudad de Chilpancingo, capital de Guerrero, se encontraron dos cabezas humanas cercenadas dentro de un cubo a un costado del Instituto Tecnológico local con un mensaje de amenaza: "Esto les va a pasar a todos los secuestradores y robacarros, pinches lacras".
La violencia del crimen organizado ha dejado más de 5.000 asesinatos este año en México y parece no tener freno pese al despliegue de miles de militares y policías por las zonas más conflictivas, decretado por el presidente Felipe Calderón.
Prueba de ello son los muertos registrados en Guerrero, a los que hay que sumar otros trece asesinados este fin de semana en Ciudad Juárez y en Tecate, dos localidades del norte del país fronterizas con Estados Unidos.
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