Bahrein: La cita de la revancha para Alonso

El tiempo para reaccionar se va agotando. Alonso tiene 4 puntos después de 3 carreras y está ya a 17 de Button. Si no coge pronto el tren de los mejores la ilusión del título se puede esfumar demasiado pronto. La frustrante carrera de Shangai, con error del equipo (ordenar un repostaje tan precipitado lastró toda la carrera de Fernando) y del propio piloto (sin el trompo intentando adelantar a Kovalainen habría podido acabar 5º o 6º) esconde una realidad más optimista.

El R29 ha mejorado bastante y la idea que tienen los ingenieros de Enstone es que lo hará mucho más a partir de Montmeló. El nuevo fondo plano desarrollado a un ritmo frenético en las últimas semanas y trasladado a China en el jet privado de Briatore supone una evolución notable, como se pudo comprobar en la clasificación de China a pesar de la escasez de combustible. En Renault pretenden que en Montmeló el salto de calidad sea aún mayor. El problema es que el resto de escuderías no permanecen de brazos cruzados. McLaren parece estar desarrollando su coche mejor que Ferrari y se suma, junto a BMW, a la caza de Brawn, Red Bull y Toyota.

Es bastante probable que, con las últimas innovaciones, Fernando pueda estar entre los 6 primeros con cierto desahogo. No aún al nivel de BrawnGP, pero sí mucho más cerca. En Bahrein, si la lluvia no vuelve a convertirse en elemento decisivo, será el momento de averiguarlo. El Mundial empieza a convertirse en una carrera contrarreloj para compensar la superioridad de Brawn y Red Bull, que dispone de un magnífico coche sin necesidad de KERS ni de difusor doble pero con un motor Renault que funciona de maravilla, un gran piloto como Vettel, un genio del diseño y la aerodinámica como Adrian Newey (6 millones de euros al año de sueldo según distintas fuentes) y un buen equipo de trabajo con presupuesto y medios para mejorar (el nuevo difusor que Newey prepara en la fábrica de Milton Keynes les hará aún más fuertes).

Por los datos que circulan por el paddock, Renault podría situarse al nivel de Toyota y por encima de Ferrari, McLaren y BMW, que siguen trabajando a destajo para revertir la tendencia caótica de las primeras carreras. Fernando sigue muy dolido por el GP de China, en el que fue al límite y se la jugó en cada adelantamiento para terminar con un cero que le provocó una enorme frustración. Bahrein será para él una revancha. Talento y motivación le sobran, el R29 deberá demostrar su potencial real y, si no vuelve a fallar la estrategia de boxes, la cita del desierto podría ser la de la resurrección. Aunque Montmeló (en la que algunas escuderías presentarán infinidad de novedades) puede marcar el punto de inflexión del campeonato, Bahrein será un gran examen y Alonso lo afronta como tal. Si no saliera bien habrá que empezar a preocuparse seriamente.