Ladrones de cuerpos en Milenio 3

Seres silenciosos que se esconden en las sombras y hunden sus palas en la tierra de los cementerios. Esta es la descripción que se hace de los llamados "resucitadores de cuerpos". Su cometido era profanar tumbas para llevarse los cadáveres y venderlos al mejor postor, principalmente médicos que experimentaban con esos cuerpos.

Todavía hoy se pueden encontrar en cementerios de Edimburgo armazones que protegen los sepulcros conocidos como 'mortsaves'. Estas corazas se mantenían durante los primeros seis meses de descomposición de los cuerpos para evitar que los ladrones los robaran. En los muros de esos cementerios también hay placas de agradecimiento a los guardianes que protegen las instalaciones.

Una práctica realizada desde la antigüedad

Las profanaciones no son algo exclusivamente reciente ya que en las guerras de la antigüedad los vencedores realizaban profanaciones de los camposantos. Para el doctor Cabrera esto responde a la fascinación que siente el hombre por la muerte de sus congéneres. El doctor cita prácticas como la necrofilia que históricamente han sido ocultadas.

Los resucitadores actuaron principalmente durante el siglo XVIII infiltrándose en cementerios para tomar cuerpos para la experimentación médica. Doctores como John Hunter, padre de la cirugía científica y precursor de la ortopedia, pagaban por ellos y les practicaban numerosas autopsias.

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Inicialmente en estas intervenciones médicas se utilizaban cadáveres de presos ejecutados. Con el tiempo estos cuerpos comenzaron a escasear y se comenzó a robar cadáveres de cementerios e incluso a asesinar a vagabundos para obtener recompensas por sus cadáveres. En Escocia una pareja de estos llamados "resucitadores" llegó a acabar con la vida de 16 personas hasta que fue apresada y ejecutada.

Profanaciones recientes en Málaga

El pasado 27 de mayo en la localidad malacitana de Benalmádena una pareja fue detenida por profanar seis osarios. Se dedicaban a la santería con ritos cubanos, muchos de los cuales se basan en moler los huesos y en hacer brebajes con el polvo de éstos y las cenizas de los difuntos. Se cree que así se obtienen cualidades y poderes especiales. Las fichas policiales revelaron que los asaltantes tenían fotos e historiales de los difuntos a los que habían profanado.

También en la localidad colombiana de Málaga, de 10.000 habitantes, han aparecido recientemente restos de cuerpos en el cementerio del pueblo. Se cree que los responsables son clanes satánicos que arrancan las cruces de las tumbas y las colocan al revés.