Democracia Ya, periodismo a la americana
Un proyecto de medios de comunicación crítico con el poder y que se financia con donaciones particulares
EEUU ha hecho tradicionalmente uno de los mejores periodismos del mundo. No es nuevo. Grandes trabajos y grandes ideas, pero también se ha visto salpicado de monumentales escándalos. Recientemente han saltado a la palestra más aspectos negativos que positivos. En contrapunto nació hace unos años Democracy Now.
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Cambio de normas, cambio de juego. Fuera anunciantes, fuera gobiernos, administraciones, empresas. Vivamos de donaciones de particulares. Suena arriesgado, pero esta nueva propuesta de negocio está funcionando en EEUU desde hace años. Democracy Now nació en 1996 en Nueva York de la mano de tres combativos periodistas estadounidenses con una idea muy clara; informar, incordiar y librarse de ataduras para trabajar libremente.
Desde entonces han sido galardonados con prestigiosos premios y han destapado numerosos crímenes silenciados. De hecho, alguno de sus fundadores tiene el acceso vetado a países como Timor Oriental o Nigeria por denunciar masacres o asesinatos allí acontecidos.
Un paradigma de lo que es Democracy Now o Democracia Ya (disponible en castellano desde 2005) fue la entrevista que Amy Goodman hizo a Bill Clinton para comentar de las elecciones del año 2000. La entrevista debía durar escasos minutos y duró cerca de media hora, donde el ex presidente tuvo que afrontar decenas de incómodas preguntas a las que no estaba acostumbrado. Acabó perdiendo los nervios.
El proyecto era inicialmente para la radio, pero una década después cubren televisión, internet y web que aglutina todo lo anterior más reportajes de texto. Un proyecto consolidado que vive de donaciones de particulares y que ofrece otro tipo de informaciones, más reales y más crudas. Sin ataduras. Tanto que en 2002 decidió convertirse en una organización independiente sin fines de lucro. Desde entonces mantienen una información abierta a noticias que para otros pasan desapercibidos, que otros silencian. Un gran trabajo en EEUU siempre al lado de los especialistas, de las voces silenciadas, metiendo el dedo en las heridas, sin evitar lo incómodo, sin mantener amistades, lealtades o pleitesía. Eso en casa, pero en el extranjero mantienen una política semejante, siempre atentos a los movimientos de las tropas tanto de la ONU como estadounidenses. El resultado, un periodismo limpio, honesto y directo.