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El hombre que debía morir por los talibanes

El diario francés 'Le Figaro' cuenta la historia de Abed, un paquistaní de 22 años, que había sido adoctrinado para cometer un atentado en la frontera afgana que finalmente no ejecutó

El corresponsal en Afganistán del periódico 'Le Figaro', Renaud Girard, cuenta la historia de Abed, un paquistaní adoctrinado durante años por los talibanes y que iba a cometer un atentado en un puesto fronterizo de Afganistán. Actualmente cumple una pena de reclusión de 20 años en la prisión de alta seguridad de Pulli Charkhi.

Su historia no difiere mucho de la de muchos de los decenas de suicidas que cada año deciden inmolarse por 'su causa'. Abandonó el colegio con tan sólo once años y comienza a desempeñar pequeños trabajos como por ejemplo el de aprendiz en una panadería. En 2007 es contratado con un sueldo de 3 dólares por día para trabajar en Karachi.

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Allí entabla amistad con otro trabajador. Ninguno de ellos es un musulmán muy estricto, pero un viaje a las montañas del Waziristan les adentra en un mundo hasta ahora desconocido o lejano para ellos.

El adoctrinamiento

Durante el viaje visitan a unos 'antiguos amigos' de su compañero de viaje. Según narra 'Le Figaro' éstos son los perfectos anfitriones. Abed no sabe entonces que se encuentra entre talibanes que le empiezan a enseñar el Coran y las enseñanzas del Profeta.

Poco a poco se va metiendo en este mundo. Tras el Coran llegan los vídeos que muestran a mujeres y niños masacrados por las "bombas de los americanos". Esto trastorna y transforma a Abed.

Los meses se van sucediendo y con él, el adoctrinamiento se acrecienta. También llegan las primeras sugerencias... "Aquél que muera como mártir en la guerra santa obtendrá el día del juicio final que Dios le haga pasar directamente del infierno al paraíso".

Unas semanas después, y tras su deseo de participar más activamente en la djihad islámica, recibe la invitación de 'hacerse explotar entre los soldados infieles. Desde ese momento Abed está listo "para sacrificar su vida por el Islam".

Hace cinco meses Abed no había oído hablar sobre los talibanes, ahora está dispuesto a inmolarse por su causa.

"Antes de apoyar el botón, no olvides gritar Allah Akbar"

Un día le presentan dos talibanes y le dan su misión definitiva. Llevará un camión que deberá hacer explotar junto a un check point. "Todos los soldados que ahí allí son infieles". En el caso de que el camión no detone será él el encargado de hacerlo explosionar con una granda. "Sobretodo no te dejes coger vivo".

Cuando llega al check point Abed se ve sorprendido y contrariado. Algunos de los soldados se retiran su caso para hacer la oración sobre la alfombra. Lo que él creía infieles, no lo son. Se da cuenta que le han mentido. Entonces Abed toma una decisión. Se baja del camión y le tiende la granada que iba a hacer explotar a un soldado.

Desde entonces Abed cumple una pena de 20 años de prisión y tiene una sola convicción. Los talibanes han destruido su vida.