Voluntarios en La India
140.000 personas colaboran con los proyectos de la Fundación Vicente Ferrer en Anantapur: apadrinan niños, apoyan a las mujeres, crean hogares y escuelas
Sus aportaciones han permitido rescatar de la pobreza extrema al pueblo en el que creyó Vicente.

La Fundación Vicente Ferrer cuenta con la colaboración de 140.000 personas en proyectos de Anantapur: apadrinan niños, apoyan a las mujeres, crean hogares y escuelas. Sus aportaciones han permitido rescatar de la pobreza extrema al pueblo en el que creyó Vicente

La Fundación Vicente Ferrer cuenta con la colaboración de 140.000 personas en proyectos de Anantapur: apadrinan niños, apoyan a las mujeres, crean hogares y escuelas. Sus aportaciones han permitido rescatar de la pobreza extrema al pueblo en el que creyó Vicente
Ser padrinos
Carmen y Luis son una pareja joven. Su casa está en un barrio de las afueras de Madrid. Un piso de apenas 70 metros cuadrados donde guardan la esencia de La India.
"Es algo muy importante, lo notas cuando llega una carta, es como si tuvieras un hijo fuera y te escribe", cuenta Luis. Habla de "su niño", Shudeer. Lo apadrinaron cuando tenía sólo cinco años. "La sonrisa, la mirada, el recibimiento que te brindan es impagable". Luis y Carmen viajaron a Anantapur cuando todavía Vicente Ferrer hacía de padrino de su obra. Los recibieron con flores, con abrazos, sonrisas, bailes... "como si fueramos estrellas de Hollywood".
18 euros al mes. Con ese dinero, Luis y Carmen, ayudan no sólo a Shudeer sino a toda la comunidad. "A lo mejor no cambio el mundo, pero lo voy a intentar". Muchos granitos de arena hacen una montaña. Lo repite Carmen porque dice que son palabras de Ana Ferrer.
De Mujer a Mujer
Así se llama otro de los proyectos que la Fundación Vicente Ferrer tiene en marcha en Anantapur. "Ser mujer en La India es no ser nada", dice Marisa, que lucha cada día desde España porque las mujeres dálits puedan salir adelante. La Fundación ha creado los shangams, asociaciones de mujeres, grupos en los que a través de micro-créditos aprenden un oficio y consiguen una independencia económica.
"La idea que tienes es de mujer sumisa, sin voz ni voto, antes era así, pero ahora están en asociaciones, empiezan a decidir", nos cuenta Pilar, que es la madrina de Asha, una niña de 15 años. "Una compañera mía tiene otra niña de 15 años que ya está casada". En La India, los matrimonios siguen siendo concertados. "Hay que ir poco a poco; la sociedad cambiará poco a poco", comenta Marisa. Sus padres, ahora con más de 80 años, la iniciaron en el mundo del voluntariado. "Ellos tenían apadrinados a tres niños y con 80 años decidieron apadrinar a más".
Vikalangula shangams
Mujeres, pero discapacitadas. El escalón más bajo de la sociedad india. La Fundación Vicente Ferrer también ha pensado en ellas. Los vikalangula shangams son asociaciones que ayudan a las personas con alguna discapacidad a sentirse parte de la comunidad y mejorar y potenciar sus capacidades.
Nos cuenta Marisa que Ana Ferrer es el mejor ejemplo para ellas: "Se dice que detrás de un hombre siempre hay una gran mujer. No. Ana siempre ha estado a su lado y ha estado a su nivel porque Vicente era la utopía y Ana es la puesta en práctica de todo ello".




