Homosexualidad e Islam
Mauritania o Sudán castigan con la muerte esta opción sexual, en otros se tortura y en todos se lucha contra el stigma.- Hora 25 se acerca a esta realidad con testimonios de Palestina y Marruecos
La realidad para los homosexuales es bastante dura en la mayor parte de los países islámicos. Si bien hay gran diversidad respecto a las leyes que la tratan, según las diferentes constituciones y criterios sociales, llega a estar castigada con la muerte en países como Mauritania o Sudán. El ministerio del Interior concedió ayer por primera vez en España el asilo a una persona porque en su país se le persigue por su condición homosexual. Alí, de 36 años e iraní, se expondría a la cárcel y a la tortura que sufren los que se sienten atraídos por personas de su mismo sexo. Hora 25 se ha acercado a esta realidad para conocer la situación de la homosexualidad en los países islámicos.
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Que a una persona le atraiga otra de su mismo sexo es considerado un delito en todos los países islámicos y está prohibido en la mayoría de ellos. Pero la forma de perseguir y castigar esta opción puede ir desde la relativa tolerancia de algunos a la intransigencia total que la castiga con la pena de muerte.
Palestina ha sido históricamente junto con Líbano la vanguardia de las sociedades árabes. Pero la extrema situación que se vive en Gaza o Cisjordania hace que muchos reconozcan que en este tema se camina hacia atrás. Sufridores de la ocupación como el resto, los gays y lesbianas palestinos no quieren que la lucha por sus derechos se use contra sus sociedades, que les oprimen por su sexualidad. Se sienten palestinos y homosexuales y es lo que quieren seguir siendo, como Zoie.
Zoie tiene 23 años. Es una chica palestina que vive en un pueblo de cerca de Haifa, una ciudad del norte de Israel. Zoie ha explicado que "no es fácil ser lesbiana" en la sociedad en la que ella vive. "Siempre tienes que esconderte, siempre tienes que tener miedo, siempre tienes que mentir, siempre tienes que hacer cosas que nadie acepta, siempre tienes que esconder tus sentimientos. Siento que no puedo ser yo misma", ha concluido la joven.
La situación se hace imposible cuando un día su padre empieza a pegarle porque cree que sale con un chico. Se fue de casa y pasó unos meses en un hogar-refugio, aunque al final volvió con su familia. Asegura que su vida vivida así "es un infierno". "Estoy mintiendo y lo siento, pero no tengo otra posibilidad. Estoy viviendo un infierno en mi casa. Sólo puedo refugiarme en mi habitación. No tengo nada más y no puedo hacer otra cosa", ha relatado Zoe.
Y si sólo puede salir de su casa casándose, eso es lo que va a hacer. Ha buscado un chico en su misma situación, un chico gay. "Me caso en dos meses, pero no quiero dejar a mi familia, a pesar de que no tengo buena relación con ellos, les quiero y quiero a mi novia, quiero quedarme con ella. Pero me tengo que marchar, porque no hay otro camino. Me voy a casar con alguien que no conozco", ha explicado resignada. Pese a ello, Zoe espera poder volver algún día y concluye: "ser más fuerte que ahora". En unos días tendrá que dejar a su novia para marcharse a Estados Unidos y casarse allí en enero.
- <a name="despiece1"></a><b>Reconocer la homosexualidad en Marruecos</b>
El Tema de Hora 25: Homosexualidad e Islam (15/12/2009)
35:00
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