El Madrid cae ante el Montepaschi
La victoria del Barcelona deja prácticamente fuera al Panathinaikos
El Real Madrid cosechó su segunda derrota en el ''Top 16'' de la Euroliga tras verse superado (83-76) por el Montepaschi Siena en la tercera jornada de competición, después de que el base estadounidense Terell McIntyre, que firmó el mejor partido de su carrera (24 puntos, 11 asistencias y 43 de valoración), ajusticiase a los de Messina con una actuación para el recuerdo.
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McIntyre, pretendido por el Regal FC Barcelona el pasado verano como refuerzo de lujo para el proyecto culé, ofreció un clínic sobre la cancha, tanto en la dirección, como en anotación y capacidad de liderazgo en los momentos cruciales, para acabar con la resistencia de un Real Madrid intermitente e incapaz de frenar el huracán desatado por el ''playmaker'' de North Carolina.
Los blancos se apoyaron en un motivadísimo Kaukenas (21 puntos), que volvía a la que fue su casa y dio muestras de su instinto anotador, complementado por los destellos de su compatriota Lavrinovic (24 tantos), especialmente activo en la segunda parte, y del serbio Velickovic (13).
Sin embargo, los argumentos presentados se antojaron poco, muy poco, para asaltar una pista en la que sólo el Regal FC Barcelona ha sido capaz de imponerse esta campaña. Más aún cuando el jugador de menos estatura sobre el parqué, McIntyre (1.75 metros), se empeñó en demostrar que forma parte de la super élite continental en su posición.
A dos puntos se llegaron a poner los de Messina en el tercer período, incluso en el cuarto, gracias -como viene siendo habitual este curso- a una reacción defensiva tras la reanudación que se encargó de abortar un inspiradísimo McIntyre, respaldado por un ''invitado'' al que no se esperaba, el ex blaugrana Denis Marconato, que debutaba en el ''Top 16'' y anotó 11 puntos.
No obstante, no fue la superlativa actuación de McIntyre el único problema que tuvo el Real Madrid en el Palasports de Siena. Los de Simone Pianigiani poseen un quinteto muy físico, tanto en el perímetro como en la ''pintura'', que nubló casi de inicio la pizarra visitante.
Sólo los primeros cinco minutos invitaron a la esperanza, con el partido igualado y los interiores locales -en los que faltó Ksystof Lavrinovic, el gemelo del jugador del Real Madrid- cargados de falta. Pero fue un espejismo.
McIntyre comenzó su recital, realizando una primera mitad prácticamente perfecta (30 de valoración), bien respaldado por Sato o Domercant desde el exterior, y los hiperactivos Stonerook y Eze en las cercanías del aro.
Un 13-0 de parcial en el primer cuarto tiñó de negro el panorama madridista, obligando a jugar contra remolque todo el partido, en una cancha casi intocable y teniendo enfrente un jugador tocado por los dioses. Demasiados factores para tan poco aporte.
Ningún jugador blanco, obviando a Lavrinovic, Kaukenas y Velickovic, superó los cuatro puntos. Un bagaje excesivamente rácano como para ganar a domicilio en esta fase de la Euroliga, en la que el Real Madrid ya está obligado a no fallar en Vistalegre.
A finales de febrero, el Montepaschi visitará el coliseo blanco con la posibilidad de dejar el proyecto europeo de Messina al borde de la quiebra. Una prueba de fuego para la que el Real Madrid deberá contar, al máximo de sus posibilidades, con todos sus efectivos si quiere continuar con sus ilusiones en la máxima competición continental.
La victoria del Barcelona deja prácticamente fuera al Panathinaikos
El Regal FC Barcelona ganó con autoridad al Panathinaikos (83-71) para conseguir el liderato provisional del grupo, gracias a la derrota del Partizán ante el Maroussi, y dejar también prácticamente fuera de la competición a los griegos, vigentes campeones, en un partido en el que Grimau, con su entrega, lideró a los de Pascual.
No llegaban finos los griegos, pero tampoco el Barcelona debido a la derrota, confirmada, ante los serbios del Partizán. Sin embargo, los catalanes demostraron ser capaces de levantarse tras una derrota y jugaron un muy buen partido, digno de esta competición. Solo en el segundo cuarto pareció peligrar la victoria cuando una dinámica lenta hizo entrar en el partido a los griegos.
De hecho, éste fue uno de los partidos más lentos de la temporada, si no el que más. Con un juego parado constantemente, con muchas personales y acciones que impedían avanzar el crono, fue el Barcelona quien tuvo más paciencia y acabó desquiciando al PAO con su juego. Fue un partido intenso, con el ambiente de las grandes noches en el Palau, hecho que también contribuyó.
Los parones permitieron al Panathinaikos meterse en el partido al descanso. Con Pekovic y Batiste muy duros, provocando faltas en el Barcelona, consiguieron acortar diferencias y un Spanoulis que demostró su veteranía hicieron que los catalanes llegaran a desquiciarse y a salirse del partido. Aún así, la diferencia al descanso fue de 9 puntos y, la sensación, positiva.
Sin embargo, todo quedó aquí. Los blaugrana llegaron a disponer de buenas ventajas, que aumentaban con el tiempo. A base de trabajo, y con cuentagotas, la diferencia en el electrónico fue aumentando para los blaugrana. Con el Palau entregado, y con una batuta repartida a partes iguales entre Rubio, Navarro y Mickeal, el juego blaugrana destacó por su efectividad y rapidez.
Poco a poco fueron entrando en el partido los hombres interiores del Regal Barcelona para equilibrar la contienda bajo la pintura, si bien en este aspecto el Panathinaikos fue superior al inicio. La primera parte fue, en esencia, de contraste. Juego rápido contra lento, visión de juego contra ''pick&roll''.
Zeljko Obradovic, desde la banda, intentó una zona en defensa para intentar sorprender a los blaugrana, pero fue peor el remedio que la enfermedad. Sin Ricky ni Navarro en pista, el juego blaugrana bajó en intensidad y pareció que se quedaban sin ideas en ataque.
Con otro estilo completamente al de El Masnou, apareció el capitán Roger Grimau para, con su empuje, penetrar la defensa griega. Provocó muchas personales con sus internadas, puso tapones y entró fuerte a canasta, para irse ovacionado con un 24 de valoración gracias a 17 puntos, 6 rebotes y 2 tapones.
Los griegos se fueron al descanso dentro del partido gracias a un juego lento y constantemente interrumpido por la tripleta arbitral. Su actuación, muy discutida, como mínimo evitó que el Bar?a pudiera desplegar su velocidad y, cuando lo pudo hacer, fue cuando se escaparon en el marcador.
No obstante, al inicio del tercer cuarto, Lorbek y N''dong cogieron el relevo de los hombres pequeños, excepto un Grimau que estuvo muy motivado, para perforar el aro desde la pintura. Con esta faceta mejorada, el Barcelona se hizo con el cuarto y llegó al último y definitivo con el partido en sus manos.
Obradovic hizo jugar a sus hombres muy abiertos, para tener más opciones de tiro exterior, aunque no le salió bien la jugada. La defensa blaugrana respondió bien, moviéndose rápido y evitó que los helenos tiraran con comodidad.
La distancia llegó hasta los 20 puntos y, como no, la canasta fue de Grimau. El último cuarto empezó con tiros para Navarro fruto de una técnica señalada al técnico serbio al final del tercer periodo, y con el paso de los minutos los locales dilapidaron las esperanzas griegas, pese a un parcial de 0-9, que se vuelven a Atenas con un 0-3 que les deja prácticamente fuera del ''play-off''.
El Caja Laboral cosecha ante el Khimki su segunda derrota y complica su futuro en la Euroliga
El Caja Laboral sufrió esta noche un duro revés en su casa ante el Khimki de Sergio Scariolo (71-82) en un partido que fue perdiendo de principio a fin y cuyo resultado le obliga a ganar los tres compromisos que le restan para tener opciones de clasificarse para la siguiente fase de la Euroliga.
El conjunto vitoriano, como ya le ocurriera en la derrota ante Olympiakos, se condenó en el primer cuarto, y durante todo el choque nunca se encontró cómodo con el quinteto que estaba sobre la pista. Los fallos desde la línea de tres, unido al acierto en esta parcela de Raúl López (18 puntos y 80% de acierto en triples) y McCarthy (23 puntos y 50% en triples) en las filas rusas, contribuyeron al descalabro de los vitorianos.
Los primeros minutos fueron de tanteo. Caja Laboral y Khimki medían sus fuerzas con ataques rápidos y efectivos y el conjunto baskonista lograba una ligera ventaja de 10-7 que a partir de ese momento fue incapaz de mantener. Los errores en ataque y la ausencia de robos de balón del Baskonia propiciaron que los de Scariolo, con un efectivo McCarthy, fuera despegándose progresivamente para firmar un parcial de 2-17 demoledor.
El Caja Laboral se mostraba inoperante, tanto en ataque, con Teletovic atado de pies y manos (su aportación se redujo a 5 puntos en todo el partido), lo que obligaba a Elihayu (17 puntos) obligado a multiplicarse, como en defensa, y se desquiciaba por momentos.
La técnica señalada a merecidamente a San Emeterio a dos minutos para el final del primer cuarto, con 12-19 en el marcador, no fue sino reflejo de ese estado de ánimo, que terminaron condenando al equipo vitoriano a perder por 10 puntos (16-26) al final del primer tiempo.
Salió el Baskonia laborioso en el segundo cuarto, dispuesto a fabricar la remontada a base de apretar en defensa y pareció comenzar a conseguirlo firmando un parcial de 6-2. A ello contribuyó la salida a pista de Tiago Splitter, que aunque físicamente mermado, ayudó con sus tiros libres a acercarse muy tímidamente en el luminoso y terminó el partido con 15 puntos.
Pero al Khimki le sobraba paciencia en defensa y calidad en el juego exterior. Y a pesar del buen arranque de su rival supo gestionar de manera inteligente la ventaja conseguida en el primer cuarto. Raúl Cabezas era, con sus triples, un martillo en la moral del Baskonia, que a su vez marcaba guarismos irrisorios en los lanzamientos desde 6,25 (1/12 frente a los 5/10 del conjunto moscovita en los dos primeros cuartos). Así las cosas, el Caja Laboral no logró más que acortar la diferencia en dos puntos y se fue al descanso perdiendo de ocho (36-44).