El hombre que no amaba a las mujeres

Los Magistrados consideran como prueba de cargo la grabación de la conversación de una de las víctimas con su agresor después de haber sufrido los abusos.

La víctima tenía 12 años. Estaba en compañía de dos amigos, también menores, cuando entraron en una finca para robar unas herramientas pero el acusado, que tenía antecedentes por corrupción de menores, les pilló. Les amenazó diciéndoles que hablaría con sus padres y que se los iban a llevar a un reformatorio, a menos que hicieran lo que él les pidiera. A los dos niños les obligó a sacar agua para regar el huerto y a la pequeña se la llevó a un cobertizo. Allí le dijo que se desnudara. Él también lo hizo. Bailaron, le hizo tocamientos y le obligó a que le masturbara. Dice el Supremo que esto se repitió durante dos o tres veces a la semana por un espacio de entre 15 días y 2 meses.

Ella no fue su única víctima. También abusó de otras dos niñas de 14 y 16 años. La Audiencia de Barcelona le condenó a 7 años de cárcel por agresión sexual a la pequeña de 12 años y a 2 años más por los abusos sexuales a las otras dos menores. En su recurso, el acusado alegaba que había sido condenado sólo con el testimonio de las víctimas pero el Supremo le recuerda que no fue así. La sentencia de la que ha sido ponente el Magistrado Joaquín Delgado refleja como la niña de 12 años tuvo la sangre fría de volver al huerto de su agresor para hablar con él y grabar la conversación. Una conversación "particularmente reveladora en la que el acusado habla con ella de lo sucedido en aquellas ocasiones, confirmando lo que la niña denunciaba y el placer que demostraba el agresor al dialogar con su víctima de estos temas sexuales".