Desarticulan en Mallorca una banda que estafaba mediante tarjetas de crédito
Por el momento hay cinco detenidos. Se sospecha que llegaron a estafar más de un millón de euros
La Guardia Civil de Baleares, en el marco de la operación ''Amy'', ha desarticulado una organización dedicada a la estafa mediante el uso fraudulento de tarjetas de crédito, que había llegado a defraudar cerca de un millón de euros.
La operación se inició a finales del mes de agosto de 2009 por parte del Equipo de Policía judicial de la Guardia Civil de Manacor, a raíz de la denuncia interpuesta por parte de la directora de una entidad bancaria.
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Tras la investigación se detectó que por parte de nigerianos residentes en Palma, se reclutaba a terceras personas, generalmente españolas, con el objeto de que las mismas creasen empresas ficticias dedicadas al alquiler de vehículos, venta de maquinaria industrial o suministros de vehículos, e instalasen terminales TPV de diferentes entidades bancarias para el cobro con tarjeta.
Una vez conseguido, se facilitaba a esas terceras personas por parte de los cabecillas, la numeración de tarjetas de crédito sustraídas, numeración que era introducida manualmente en las citadas terminales simulando una venta por parte del supuesto comercio. Tras el ingreso del dinero en la cuenta de la empresa ficticia, el titular de la misma reintegraba el dinero a los nigerianos, descontando un 20 por ciento del importe recaudado en concepto de comisiones.
Tal y como explicó la Dirección General, el número de las tarjetas, así como la documentación de los titulares de las mismas, se obtenían en robos efectuados en países tales como Canadá, Inglaterra, Estados Unidos, República de Bareim y Dubay, siendo enviados a los cabecillas de la banda que a su vez los remitían vía fax a los titulares de los comercios implicados en la estafa. El envío de estos datos solía hacerse con gran celeridad con el objeto de poder utilizar los datos antes que los perjudicados anularan dichas tarjetas.
El domicilio social de las empresas creadas se había establecido en las localidades de Son Carrió, Manacor, Inca y Palma, pasando totalmente desapercibidos para no levantar sospechas.
En concreto, se han incautado seis terminales TPV, material informático y gran cantidad de recibos de transacciones efectuadas, ascendiendo aproximadamente a un millón de euros las cantidades estafadas. La operación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones.