El Gobierno español "lamenta" la muerte del preso político cubano Orlando Zapata Tamayo
En la primera reacción por la muerte de Orlando Zapata Tamayo, el Ministerio de Asuntos Exteriores ha lamentado su fallecimiento y afirmado que ya trasladó al régimen cubano su preocupación por el empeoramiento del estado de salud del preso político.
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El Ejecutivo subraya que en la última reunión del mecanismo bilateral de derechos humanos, por el que funcionarios de ambos países se reúnen periódicamente, el Gobierno español trasladó a la parte cubana su "honda preocupación" por el empeoramiento del estado de salud de Zapata Tamayo. El encuentro, el cuarto que se celebra en el marco de ese mecanismo, se celebró el pasado 18 de febrero en Madrid. Zapata Tamayo, de 42 años, estaba considerado preso de conciencia por Amnistía Internacional.
El PP promueve un pronunciamiento en el Congreso
Gustavo de Arístegui, portavoz del PP en la Comisión de Exteriores del Congreso, ha anunciado que su grupo prepara una declaración de condena al régimen cubano, un texto en el que se exigirá al Gobierno de La Habana la liberación de todos los presos políticos.
El texto se debatirá esta tarde en la Comisión de Exteriores. Arístegui ha declarado a cadenaser.com que se trata "de una demostración inequívoca de la represión brutal que se practica en Cuba, y de la necesidad imperiosa de apoyar la transición a la democracia en la isla".
Tamayo será enterrado en Banes
Por decisión de su madre, Reina Luisa Tamayo, el entierro del opositor se realizará en la localidad oriental de Banes, situada a 700 kilómetros al este de La Habana, donde vivía la familia. Tanto Reina Luisa como el activista de los derechos humanos Elizardo Sánchez, acusaron al Gobierno de permitir su muerte y de perpetrar "un asesinato con ropaje judicial".
Zapata cumplía su sanción en una cárcel de Camagüey cuando dejó de ingerir alimentos, el pasado 3 de diciembre, en protesta por lo que describió como "continuas golpizas de los guardias" y otros abusos en prisión.
Según Elizardo Sánchez, las autoridades le dejaron agonizar durante semanas en celdas de aislamiento sin darle una atención médica adecuada. "El Gobierno de Cuba -afirma Sánchez- en lugar de escuchar su pedido o tomar medidas para encontrar un desenlace o una solución humana al asunto, lo que hizo fue someterlo a castigos aún peores e internarlo en mazmorras, en prisiones aún peores que aquella en la que él inició la huelga de hambre".
Zapata tenía 42 años, y era albañil de profesión. Había sido detenido en marzo de 2003 y condenado a 3 años de prisión por desacato pero debido a su actitud de desafío a las autoridades carcelarias fue sumando condenas hasta superar los 30 años de privación de libertad. La organización Amnistía Internacional le había incluido, hace 6 años, en la lista de prisioneros de conciencia cubano.