Detenidas 34 personas en la desarticulación de dos importantes redes de tráfico de vehículos robados y de drogas
Las investigaciones se iniciaron al observarse un movimiento inusual de vehículos de alta gama en un concesionario de Guadamur, Toledo
La Guardia Civil, en el marco de la operación 'Guajaraz', desarrollada en Toledo, Madrid, Málaga, Valencia, Ceuta, Burgos, Cáceres, Valladolid, Tenerife y varios países de Europa, ha desarticulado dos importantes redes, una dedicada al tráfico de vehículos robados y otra al tráfico de drogas, que a su vez tenían conexiones entre ellas.
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La operación, que ha sido llevada a cabo por la Guardia Civil de Toledo, se ha saldado con la detención de 34 personas, la intervención de casi cien vehículos robados de alta gama -la mayoría en Rumanía-, y la incautación de 80 kilos de hachís, siete kilos de marihuana, 3.216 dosis de heroína, numerosas armas, elementos electrónicos y diversa documentación.
La operación ha sido dada a conocer en una rueda de prensa por el subdelegado del Gobierno en la provincia, Francisco Javier Corrochano, que ha declarado que la operación 'Guajaraz' es la más importante que se ha llevado a cabo en España y en Europa contra el tráfico ilícito de vehículos de alta gama robados. Junto a él han estado presentes Adriano Palacios, segundo jefe de la Comandancia de Toledo, y Fermín Pielago, capitán-jefe de la Policía Judicial.
La Guardia Civil calcula que la operación se culminará con la recuperación de más de 300 vehículos de alta gama robados en Europa y vendidos, una vez falsificada su documentación, en España.
Una investigación larga y constante
Las investigaciones se iniciaron en febrero del pasado año cuando los agentes del Equipo de Delincuencia Organizada Antidroga (E.D.O.A.) de la Comandancia de la Guardia Civil de Toledo observaron un movimiento inusual de vehículos de alta gama con matrícula de Rumanía en un concesionario de vehículos del término de Guadamur (Toledo), cuya procedencia podría ser ilícita.
Se establecieron vigilancias sobre la empresa y los agentes pudieron determinar la existencia de una organización delictiva perfectamente estructurada dedicada al tráfico de drogas y a introducir en España vehículos de alta gama sustraídos en Rumanía y en otros países europeos.
Las personas relacionadas con estas actividades contaban con numerosos antecedentes policiales, y las vigilancias determinaron que una organización, de origen árabe, se dedicaba a introducir hachís en España y distribuirlo por distintas provincias, así como por otros países de Europa.
Modus operandi de las redes
En la parte de la trama dedicada al tráfico ilícito de vehículos han sido detenidas diez personas, dos de las cuales eran españoles y el resto rumanos. El jefe de la organización vivía en Madrid. Los vehículos eran en su mayoría de 'leasing' y se adquirían principalmente en Rumanía, unas veces a través de créditos impagados, otras empleando empresas pantalla y en ocasiones eran hurtados o robados.
La organización contaba con personas cuyas únicas funciones eran las de hacer de conductor. Recogían los vehículos y los entregaban en España, posteriormente regresaban en avión a su país de origen, donde permanecían hasta un nuevo encargo.
En España los vehículos, todos ellos de alta gama, eran trasladados hasta la tienda de compra-venta de Guadamur, donde eran expuestos para su venta y también se anunciaban por Internet.
El subdelegado del Gobierno en la provincia ha agradecido la colaboración de la Policía rumana y ha concretado que los vehículos eran vendidos a un precio medio de unos 50.000 euros aproximadamente, por tanto, ha calculado que si se han recuperado cien vehículos se estaría hablando de cerca de 5 millones de euros.
Con respecto a la organización de la red de tráfico de drogas, se han detenido 24 personas, la mayoría de ellos de origen marroquí excepto un español que también pertenecía a la red de vehículos y que, por tanto, era el nexo de unión de ambas organizaciones.
El jefe de la organización residía habitualmente en Marruecos, desde donde dirigía toda la trama. Contaba con un encargado, responsable de reclutar a muleros, siete personas diarias, para transportar la droga hasta la península, ingiriendo bellotas de hachís, entre un kilo y kilo y medio por persona.
Una vez en territorio español se dirigían a Mijas-Costa (Málaga), donde otros tres integrantes de la red se ocupaban de recogerlos y llevarlos hasta el piso donde recuperaban las sustancias. Desde allí se trasladaban a otro piso de seguridad, desde donde las transportaban en dobles fondos hasta las localidades de Yeles (Toledo) y Parla (Madrid).
Desde estos puntos eran recogidas por el resto de los miembros de la organización, o bien partían con destino a los clientes que la compraban al por mayor. Entre estos se encontraba un miembro de la red que hacía de enlace entre ambas organizaciones.
Una vez identificados todos los integrantes de la organización y establecida su infraestructura, los agentes decidieron intervenir en el momento en que se iba a realizar una importante entrega en Madrid. Se incautaron diez kilos de hachís que iban ocultos en el interior del asiento posterior de un vehículo y se registraron viviendas de Madrid y Yeles (Toledo), encontrando gran cantidad de droga y dinero en metálico ocultos en arquetas y cisternas.