España se queda sin sacerdotes
El año pasado sólo hubo 141 ordenaciones, y en un tercio de las diócesis, no se registró ningún ingreso
El año pasado sólo se ordenaron 141 sacerdotes en toda España. El número de nuevos curas ha caido más de un cuarenta por ciento en la última década. Las muertes duplican a las nuevas incorporaciones. La Conferencia Episcopal lo atribuye a la "secularización" que vive España y a la caída de la natalidad.
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La Iglesia celebra hoy, 19 de marzo, el Día del Seminario, con cifras poco alentadoras. Aunque este año la cifra de seminaristas ha dejado de caer y ha experimentado un ligerísimo repunte -hay 1.265 en todo el país-, desde el año 2000 los ingresos se han reducido un 30% y uno de cada cuatro seminaristas acaba abandonando antes de tomar los hábitos. Los datos son preocupantes dado el envejecimiento progresivo de los sacerdotes españoles. La edad media ronda los 64 años y un cuarenta por ciento supera los 75, edad a la que se jubilan si su estado de salud se lo permite.
El año pasado sólo hubo 141 ordenaciones, y en un tercio de las diócesis, no se registró ningún ingreso: Albacete, Astorga, Bilbao, Canarias, Cartagena, Ciudad Rodrigo, Granada, Guadix, Ibiza, Jaca, Lleida, León, Lugo, Menorca, Osma-Soria, Oviedo, Plasencia, San Sebastián, San Feliú de Llobregat, Santander, Segorbe-Castellón, Segovia, Urgell y Vitoria.
Según el obispo de Tarrasa y presidente de la Comisión Episcopal de Seminarios, José Angel Sáiz Meneses, las causas obedecen a la secularización que vive España, y a la crisis demográfica. "Si no hay hijos y si no hay fe", dice Sáiz Meneses, la consecuencia es una reducción en las vocaciones.
Para José Luis Saborido, sacerdote jesuita y portavoz de la Confederación Española de Religiosos (CONFER), a este análisis hay que sumar una necesaria autocrítica por parte de la Iglesia a la hora de transmitir sus mensajes en la sociedad actual.
Los colectivos progresistas de la Iglesia de Base atribuyen esta caida de las vocaciones al inmovilismo y al descrédito de una jerarquía eclesiástica que, según afirman, cada vez está más alejada de la sociedad.