El plan de Arola: Pisto, pisto, gorgoristo
...¿dónde vas tú tan bonito? Porque pocas cosas tan chulas, aparentes y entrañables como un pisto con sus ricas verduras y su tomatillo. Pero si ya quieres tocar el cielo de los gordos (con ángeles de Botero) nada mejor que acompañarlo, como en la receta de hoy, de unas patatillas y un huevo. Claro que no tiene mucho mérito. ¿Qué verdura no está más rica con unas patatas fritas y un huevo?
Ingredientes: 1 envase, lata o bote de pisto preparado (hay muchas marcas. Yo he utilizado uno de Campo Rico envasado al vacío, que se hace en Sevilla y sale muy bien), un par de patatas (por una vez, no de bote), 1 huevo, aceite y sal.
Preparación: se pelan las patatas y se cortan en lonchas como de medio centímetro de anchas, se fríen hasta que estén doraditas y se reservan sobre un papel absorbente para que suelten el aceite sobrante. Mientras lo hacen, se calienta el pisto con el fuego suave y removiendo para que no se pegue, que algunos de lata tienden a hacerlo. El resto es sencillo. Se hace en el plato una cama con las patatas fritas. Se extiende el pisto por encima y se remata con un huevo recién frito. Sal al gusto y a disfrutar.
Toque sibaritico-campestre: un poco de chorizo o de morcilla fritos acompañando a este plato, lo elevan ya a la categoría de leyenda. Y cómodo plato único. Qué hambre. Voy a hacerme uno.




