Las ruinas del aznarismo
Menos mal que no había nada nuevo en el sumario de la Gürtel porque de momento Bárcenas se ha rendido por fin y empieza a irse aunque no del todo. Deja definitivamente la tesorería que ha manejado durante 20 años y pide la baja temporal como militante
Madrid
Como ayer les adelantó la SER, Bárcenas estaba sentenciado aunque está claro que es duro de pelar porque Rajoy no ha sido capaz de aclarar si va a seguir pagándole el abogado a alguien que ya no es militante y que además puede seguir siendo senador del PP. Un despropósito tras otro.
Y es que el PP sigue dando tumbos en su lucha contra la corrupción seguramente porque buena parte de la actual dirección convivió con ella o al menos la toleró. Rajoy tiene un día de perros porque además 20 años después hoy de nuevo está a la sombra de Aznar en Sevilla. Qué cruz.
El caso Gürtel deja al descubierto las ruinas del aznarismo y Rajoy no es capaz de salirse de ese escenario; probablemente porque no puede, porque nunca podrá matar al padre. Así que trata de sobrevivir en medio de una callada pero durísima guerra interna en el PP entre los que acaban de llegar como Cospedal o Soraya Saénz de Santamaría que no quieren que el pasado les arruine el futuro y la vieja guardia de Arenas, Cascos o Ana Mato que saben que el pasado les puede arruinar el presente.
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Da la impresión además de que Rajoy está cada día más sólo en Génova y no se fía de casi nadie; tanto que ha tenido que nombrar a José Manuel Romay Beccaría para reorganizar la tesorería y la gerencia. Romay es un hombre de su máxima confianza, su único aliado en Galicia en los tiempos duros y del que a sus 76 años, nadie va a dudar en el partido.
Difícil lo tiene Rajoy porque mientras espera que la crisis le lleve sin más a la Moncloa, los ciudadanos asisten perplejos a la falta de respuesta del PP ante todos los escándalos de corrupción que le rodean. Se le acaba el tiempo y ya no valen paños calientes.