Aumenta a 617 el número de muertos por el terremoto de China
El Gobierno chino ha desbloqueado fondos para asistir a las víctimas de la tragedia y ha enviado a la zona más de 5.000 efectivos de rescate adicionales, incluidos soldados y trabajadores médicos
Al menos 617 personas han muerto como consecuencia del terremoto de 7,1 grados que sacudió ayer la provincia china de Qinghai, en el noroeste del país, según el último balance ofrecido por la agencia estatal Xinhua.
Varios convoyes con alimentos, tienda de campañas y medicinas se dirigen a la Prefectura Autónoma Tibetana de Yushu, la zona más afectada por el seísmo y donde la mayoría de los edificios quedaron completamente derruidos. Los supervivientes han soportado las bajas temperaturas de la noche en la calle.
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Según el subsecretario general del Gobierno de la Prefectura Autónoma Tibetana de Yushu, Huang Limin, que dio las cifras de muertos y heridos, numerosas personas continúan atrapadas entre los escombros en la localidad de Jyegu, a 50 kilómetros del epicentro, informa la agencia estatal de noticias, Xinhua. Jyegu, donde se encuentra la sede del Gobierno de la prefectura, cuenta con alrededor de 100.000 habitantes, tanto permanentes como inmigrantes.
El terremoto y las consiguientes réplicas -el Servicio Geológico de Estados Unidos ha registrado seis temblores en menos de tres horas, y cinco de ellos han sido de 5 grados o más- han causado la destrucción de viviendas, templos, gasolineras y centrales eléctricas, aparte de provocar aludes de tierra, cortes de carreteras y del suministro eléctrico y problemas en las telecomunicaciones. Además, una presa ha sufrido desperfectos y los operarios intentan impedir inundaciones.
El presidente de China, Hu Jintao, y el primer ministro, Wen Jiabao, han ordenado a las autoridades locales que pongan todos los medios posibles para rescatar a los posibles supervivientes. El viceprimer ministro, Hui Liangyu, se ha trasladado a la región y va a encabezar un centro 'ad hoc' que se ocupará de ayudar a los damnificados, prevenir epidemias, vigilar la actividad sísmica y mantener la seguridad pública.
Respuesta china
Las autoridades chinas han enviado más de 5.000 efectivos de rescate adicionales, incluidos soldados y trabajadores médicos, a la zona afectada por el terremoto. Así, la Fuerza Aérea del Ejército de China ha desplegado tres portaaviones para transportar a los equipos de rescate y los materiales de asistencia a la provincia de Qinghai, según los medios chinos, que señalan que dos de ellos transportarán a los miembros del equipo nacional de rescate, mientras que otros 100 serán movilizados de los equipos de exploración de minas.
Al menos 700 soldados están retirando todos los escombros de los edificios derribados para intentar rescatar a los que han quedado atrapados entre los restos de los edificios, según un portavoz de la Oficina de Emergencias de la provincia.
Un responsable del Ejército involucrado en las operaciones de rescate, Kang Zifu, dijo que la "primera tarea" de los militares es "salvar a los estudiantes". "Las escuelas están siempre en los lugares que tienen un gran número de residentes", declaró.
En Jiegu, los bomberos estaban intentando rescatar a 20 estudiantes atrapados entre los escombros de un colegio, declaró a la televisión pública Kang Zifu, responsable del equipo de rescate. También estaban tratando de sacar a entre 40 y 50 personas atrapadas bajo un edificio de cuatro plantas derrumbado, según la cadena CCTV.
En Jiegu se han derrumbado más del 85 por ciento de las casas, según Zhuohuaxia, un responsable local citado por Xinhua que añadió que "en las calles de Jiegu hay pánico y están llenas de personas heridas, muchas sangrando".
Las fuerzas de seguridad han tenido que usar palas para excavar entre los escombros en una localidad de Qinghai donde la mayoría de las viviendas han quedado aplastadas, según se ve en las imágenes difundidas por televisión. Las autoridades explicaron que no disponen de excavadoras y que los equipos de salvamento y el equipo necesario no han llegado a la zona porque la mayoría de las carreteras que llevan al aeropuerto más cercano han quedado dañadas.
El hecho de que haya postes de teléfono caídos, los fuertes vientos y las frecuentes réplicas suponen riesgos adicionales para las tareas de rescate, explicó Wu Jong, un responsable militar local.
El Ejército también ha enviado a 1.500 de sus efectivos y a 100 paracaidistas para asistir en las operaciones de rescate. A estos efectivos se unirán otros 62 trabajadores de rescate del departamento provincial de Qinghai, que también están de camino hacia el lugar del seísmo, mientras que otras 40 personas especializadas en salvamento serán enviadas a Qamdo, en el vecino Tíbet. Según las autoridades, todos los equipos de rescate de Gansu, Shaanxi, Xinjiang y Ningxia también están de camino hacia la región.
Por otro lado, los cuarteles generales de la Policía han ordenado a 600 de sus efectivos de la prefectura de Yushu que tomen parte en las labores de rescate y al menos 2.100 oficiales más han sido puestos en alerta. El Ejército también ha enviado uno de sus principales equipos médicos, incluidos seis vehículos y 31 trabajadores médicos especializados en llevar a cabo operaciones a gran altitud.
Además, el Ministerio de Asuntos Civiles ha anunciado que enviará al menos 5.000 tiendas de campaña, 50.000 abrigos y otras 50.000 mantas a la región, a lo que se sumarán las 5.000 tiendas que enviará el Gobierno provincial.
Asistencia económica
En cuanto a la asistencia económica, el Gobierno chino ha asignado más de 5,37 millones de euros (50 millones de yuanes) para las labores de ayuda y reconstrucción, según un comunicado la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (CNDR). Posteriormente, el Ministerio de Finanzas anunció que el Ejecutivo va a usar 21,4 millones de euros (200 millones de yuanes) para apoyar las labores de ayuda, incluida la evacuación, el tratamiento médico y la prevención ante epidemias, anunció el Ministerio de Finanzas.
La Federación de Sindicatos de Toda China dijo, por su parte, que va a destinar casi 215.000 euros (dos millones de yuanes) a ayudar a los trabajadores que hayan perdido sus ingresos o tengan otro tipo de dificultades a causa del terremoto.
Reacciones
Tras conocer la noticia del terremoto, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, manifestó su pesar por las consecuencias del seísmo. "Quisiera expresar la solidaridad de la Comisión Europea con las autoridades chinas y con la población", indicó en un comunicado en el que dijo estar "profundamente impactado y triste" por la catástrofe.
El presidente del Parlamento Europeo, el polaco Jerzy Buzek, también ofreció el apoyo europeo a las autoridades del país asiático y confió en que los servicios básicos y la reconstrucción se inicien "cuanto antes".
El Papa Benedicto XVI aseguró, por su parte, que está "espiritualmente cerca" del pueblo chino y que reza por las víctimas de esta "grave calamidad", y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha enviado una carta a su homólogo chino en la que le traslada su "profunda emoción" y expresa, en nombre del pueblo francés y en su nombre, sus "más sinceras condolencias por las numerosas víctimas de esta tragedia".
En su misiva, Sarkozy recuerda el seísmo de 7,9 grados que se produjo hace dos años en el condado de Wenchuan, (provincia de Sichuan), que se saldó con 90.000 personas muertas o desaparecidas