PodSahara, sólo en CADENASER.com

Este fin de semana se celebra la VII Edición del Festival Internacional de Cine FISAHARA 2010 y CADENASER.com lo va a contar desde allí a través de cuatro programas especiales que iremos subiendo desde el campamiento de refugiados de Dajla cada día. Os acercaremos la última hora y transmitiremos las sensaciones del pueblo saharaui que cada año se vuelca con las actividades del Festival. Este año, acuden actores como Rosa María Sardá, Alberto Ammann o Pilar López de Ayala.

03/05/2010. La vuelta. Por MARTA DEL VADO

El desierto, lo que tiene, es que pone a cada uno en su sitio. Es decir, las personas al nivel de las personas, seas actriz reconocida o refugiado saharaui. Por mucho que algunas quieran disimular con maquillaje y rimel, todos sabemos que se han lavado en el mismo barreño y orinado en la misma letrina. Y es que el desierto es así, es un baño de humildad (el otro, el que va con agua y jabón, hay que dejarlo para la vuelta), en el que los que no tienen nada te dan todo. Cuando digo todo, digo hasta su "cama-suelo". Digo hasta su comida y su agua no corriente, la que les llega de la ayuda humanitaria. Y lo hacen con una sonrisa permanente.

Cuando vamos al desierto aprendemos a vivir como ellos sobreviven. Pero luego nos vamos. Nos vamos y ellos se quedan. Unas 200.000 personas se quedan ahí, al suroeste de Argelia esperando la solución de un conflicto que no llega. Se quedan ahí, viendo cómo se incumple el Plan de Paz diseñado, en 1991, por la MINURSO, la Misión Internacional de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental.

Se trata de un conflicto político entre el Frente Polisario y Marruecos que se arrastra desde 1976. Con las negociaciones directas congeladas, Mohamed VI anunció en su discurso de enero un plan de regionalización del país, empezando con el Sahara Occidental. Los saharauis, con su presidente Mohamed Abdelaziz a la cabeza, siguen defendiendo el derecho a un referéndum justo para decidir sobre la autonomía del que reclaman su territorio.

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Se trata de un conflicto internacional, donde está en juego la credibilidad de Naciones Unidas, que tiene una misión desplegada desde hace 19 años con el objetivo, como el propio organismo reconoce, "siguiendo el acuerdo entre el Gobierno de Marruecos y el Frente Polisario para supervisar el alto el fuego, así como para organizar y dirigir un referéndum en el que la gente del Sahara Occidental tenga la oportunidad decidir el futuro estatus del Territorio". También está en tela de juicio el papel de España, por la responsabilidad que tuvo como colonizador, y la actuación de Francia, por vetar en el Consejo de Seguridad cualquier tipo de sanción a Marruecos al incumplir las resoluciones de la ONU y por impedir que la MINURSO adquiera la competencia de velar por los derechos humanos en campamentos y en el territorio controlado por Marruecos.

Pero, por encima de todo, es un conflicto humanitario. Es la vulneración de los derechos de miles de personas, que llevan décadas obligados a estar en esos campamentos. Es la existencia del muro más largo del mundo, de 2.500 kilómetros que viola el derecho al libre tránsito y separa a miles de familias. Son los millones de minas antipersona que siguen, casi veinte años después de la guerra, causando mutilaciones a civiles. Es la falta de libertad de expresión de lo que los saharauis llaman "territorios ocupados", son las denuncias de represión, torturas, detenciones y desapariciones de activistas, ignoradas por la Comunidad Internacional.

Hoy nosotros volvemos, habiendo caminado descalzos en el desierto, como ellos. Habiéndonos bebido su té y comprobado su dignidad. La dignidad del que no tiene nada, salvo la tranquilidad que les da defender sus valores de lucha pacífica. Hoy nosotros volvemos y ellos se quedan defendiendo, desde la marginalidad del desierto, que un día volvamos pero desde un Sahara libre.

02/05/2010. Cuarto y último día de festival. Por MARTA DEL VADO

Siete años de FiSahara, talleres de guión, edición, sonido o fotografía, y la ilusión de cientos de españoles y saharauis, organizadores y organizados, han dado a luz a un proyecto único en el mundo de los refugiados: la creación de una escuela profesional de cine.

Encallados durante décadas en desierto de un exilio forzado se les abre una puerta a la libertad. A la libertad de expresión, de imaginación, a través del cine. Y es que, aseguran en este campamento "27 de Febrero" (bautizado así en conmemoración a la fecha, en 1976, en la que se proclamó la República Árabe Saharaui Democrática), los saharauis tienen mil y una historias que contar.

Con esta inauguración se pone fin a FiSahara 2010, una excusa de cine para compartir una semana de convivencia con los refugiados y arropar a este pueblo en el corazón del desierto africano. El primer galardón del Festival se lo ha llevado el documental "El Problema", de los españoles Jordi Ferrer y Pablo Vidal, que han conocido también aquí, en los campamentos saharauis, que su obra ha ganado el premio que entrega Amnistía Internacional en el Festival de Derechos Humanos de San Sebastián. El segundo galardón de FiSahara ha sido para "Celda 211" y el tercero, para "Mundo Alas".

La historia de nunca acabar

El líder del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz, ha acudido a la inauguración de la Escuela de Cine. Aprovechando la presencia de la prensa española y argelina ha calificado de "deshonra" la última resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, aprobada en las últimas horas, que renueva la misión de la ONU en el Sáhara Occidental durante un año más y sin asumir la competencia en la defensa de los Derechos Humanos. "No es sólo un hecho lamentable, sino que es una deshonra que daña la credibilidad de Naciones Unidas". Según Abdelaziz, la MINURSO es la única misión de paz en el mundo que no vela por el respeto de los derechos de las personas y ha acusado a Francia de defender las violaciones de Marruecos por evitar, con su veto, cambiar el papel de la Misión.

01/05/2010. Tercer día de festival. Por MARTA DEL VADO

Hay un refrán saharaui que dice que "nosotros tenemos los relojes pero que ellos controlan el tiempo". Y no lo dicen porque sí. Aquí el té de la sobremesa puede durar hasta la noche. Aquí todo el mundo tiene tiempo para saludar, "salam aleikum", y para hablar mirándose a los ojos. Los saharauis no han puesto alfombras rojas en el festival de cine pero todos ofrecen las de sus jaimas, abiertas de par en par para el que quiera entrar. Los saharauis no saben quiénes son las estrellas, actores y actrices que han venido desde España, pero tienen las suyas propias y presumen de ellas. Incluso de sus dunas. Y hacen lo imposible, vía generador de energía, para celebrar un concierto en un auténtico anfiteatro de arena para turistas y periodistas bajo la luz de la luna.

Hay muchos que sólo hablan hassaniya y aún así se hacen entender con los españoles. Y es que, como dice el cantante Iván Ferreiro, "realmente no hay tantas diferencias entre el pueblo saharaui y cualquier otro pueblo". Eso mismo es lo que piensan los propios refugiados, desde el mayor hasta el más pequeño. Un chaval de 16 años, participante de uno de los talleres de cine que se han impulsado con motivo de la celebración de FiSahara, se preguntaba: "Si somos un pueblo como los demás pueblos, si cuidamos de nuestros ancianos, si educamos a nuestros hijos, si cumplimos con Dios... ¿por qué no merecemos tener un pueblo como todo el mundo?". La respuesta lleva sin saberse más de 35 años.

28/04/2010. Primer día de festival. Por MARTA DEL VADO

Ha sido una madrugada de cine en el Sahara. Esta noche se ha inaugurado la séptima edición del Festival Internacional de Cine que se celebra Dajla. Unos 300 españoles han venido hasta aquí para asistir a esta iniciativa, una más impulsada desde España, para apoyar al pueblo saharaui que vive desde hace 35 años en territorio prestado por Argelia. En este caso, una iniciativa cultural. Películas, cortos y documentales españoles y saharauis se van a proyectar, cada noche hasta el domingo, al amparo de las estrellas. Y de actores españoles, que también han venido, como Alberto Ammann, de Celda 211, Antonio de la Torre, de Gordos, Mar Regueras o Víctor Clavijo.

En este primer día se ha hablado de cine pero, sobre todo, de los protagonistas inevitables: los saharauis. "Pensar que están aquí, así, desde hace 35 años me parece inverosímil", dice De la Torre. "Están aquí en medio de la nada". Y así es. Dajla es, de los cinco campamentos de refugiados que hay, el que más retirado de la civilización está. No tienen agua corriente, no tienen electricidad y los niños, como Lamina, de 9 años, caminan descalzos sobre una arena abrasadora porque como dice ella, "sólo tiene botas".

A todo el mundo que viene le sorprende y mucho, el panorama con el que se encuentran y el silencio de este conflicto olvidado. A los actores, aunque "sabían a lo que venían", también. "Yo no conocía mucho este conflicto", dice Ammann, "pero parece que como es un conflicto heredado, que viene desde hace mucho tiempo, nadie se quiere hacer cargo. Es como lo que está pasando en España con los crímenes del franquismo, que parece que como pasó hace tanto tiempo ahora ya no hay que encargarse de ello".

Por eso los actores, "como ciudadanos españoles" han pedido "valentía a nuestro gobierno para que se pronuncie de una manera mucho más clara y contundente frente a Marruecos y exija de una vez por todas se cumpla la resolución de Naciones Unidas de hace 30 años para que este pueblo pueda decidir su futuro mediante un referéndum justo de autodeterminación, porque no hay derecho que esta gente esté así", sentencia De la Torre.

Entre tanto, dicen que el FiSahara es, en la medida de lo posible, una plataforma más para que se hable del conflicto. "Venimos aquí y si de alguna manera el público nos conoce y puede servir para hacer llegar la causa a la sociedad española, es lo poquito que podemos aportar", dice Clavijo.

Aún así esta noche ha sido diferente. El desierto se ha convertido en un inmenso escenario de presentación en donde los saharauis, esta vez sí, son las auténticas estrellas de una película forzosa en el exilio que dura ya más de tres décadas.

Web del Festival: www.fisahara.es