La cumbre de la Unión por el Mediterráneo ha sido postergada para noviembre

Tras el fracaso de la reunión con Estados Unidos, cancelada también cuando Obama dijo que no venía por problemas de agenda, y tras la Cumbre con Latinoamérica de esta semana en la que fue llamativa la ausencia de muchos líderes europeos, la de la Unión por el Mediterráneo en Barcelona era la última gran cita de la Presidencia española de la Unión Europea y tampoco ha podido ser

Fuentes del Ministerio de Exteriores han confirmado a la Cadena SER que la reunión, en la que debían participar 43 jefes de Estado y de Gobierno, ha quedado suspendida posiblemente hasta otoño. No se tenían todas las garantías de éxito, aseguran, y por eso ha parecido más oportuno dar algo de tiempo para que avancen las conversaciones indirectas de paz en Oriente Próximo, iniciadas recientemente entre israelíes y palestinos. La cumbre debería ser positiva "desde la perspectiva regional", añaden, y ahora mismo eso no estaba garantizado.

A ese problema de fondo se añade la polémica que se había levantado en torno a la asistencia del ministro de Exteriores israelí, Agor Lieberman, criticado en muchos países árabes por sus posiciones derechistas y por haber mandado "al infierno" al presidente egipcio Mubarak en un discurso de 2008, cuando era diputado. Aunque oficialmente los gobiernos de Damasco y El Cairo nunca lo confirmaron, Siria y Egipto amenazaban con boicotear la Cumbre de Barcelona.

La decisión se ha tomado de forma consensuada entre los gobiernos de España, anfitriona de la reunión como presidencia de turno de la UE, y los de Francia y Egipto, copresidentes de la Unión por el Mediterráneo.