España y su gran reto
La selección española llega por primera vez a un Mundial como una de las grandes favoritas para llevarse el título
La selección española afrontará en el Mundial de Sudáfrica el mayor reto al que seguramente se ha enfrentado en su historia y que es el de cumplir con las expectativas creadas alrededor de un equipo que por fin ha dado su medida y ha provocado que sea considerada realmente una seria candidata al título.
España está en boca de todos. Todos los seleccionadores del mundo hablan maravillas de un grupo de futbolistas que ha cambiado la habitual mentalidad de un país, acostumbrado a hacerse ilusiones en cada gran cita internacional y, por un motivo u otro, acabar con una gran decepción.
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Sin embargo, ahora todos señalan a la campeona de Europa como el rival a batir, y sólo Brasil parece rivalizar con los de Vicente Del Bosque en la 'pole position' para conquistar el entorchado en Sudáfrica el próximo 11 de julio. Y todo por culpa de lo sucedido hace ya dos veranos en Viena.
La capital austriaca albergó la final del Europeo de Austria y Suiza, y la selección, por entonces dirigida por Luis Aragonés, se había plantado para pelearle el título a Alemania en el Ernst Happel. Un gol de Fernando Torres culminó un sensacional torneo que sirvió no sólo para recompensar el trabajo de un seleccionador y de un grupo de futbolistas defendiendo un estilo, sino para quitarse muchas 'maldiciones'.
Pero hubo un antes y un después al gol del de Fuenlabrada. El antes es lejano, desde aquel cuarto puesto en Brasil'50, el mejor resultado mundialista, pasando por decepciones en las siguientes citas hasta México'86, donde España rozó las 'semis', lo mismo que en Estados Unidos'94, cuando se chocó contra Italia, o Corea y Japón 2000 donde la modesta Corea del Sur también hizo de los cuartos de final una barrera infranqueable.
Luego siguieron llegando actuaciones irregulares y Alemania 2006 tampoco fue positivo para el combinado nacional. Luis Aragonés sobrevivió incluso a sus palabras y continuó con un trabajo que empezó a dar frutos el siete de febrero en el mítico 'Teatro de los Sueños' de Old Trafford. El gol de Andrés Iniesta cambió la cara de un equipo que desde entonces, en los siguientes tres años, sólo ha perdido un encuentro de los 45 disputados (41 victorias y 3 empates).
El después del tanto de Torres vino con la llegada de Del Bosque en sustitución del 'Sabio de Hortaleza'. El salmantino supo recoger el testigo e hizo una transición tranquila, que significó continuar con una racha magnífica y la locura por una selección que sólo tuvo el traspié de la Copa Confederaciones cuando estaba presta para luchar con la todopoderosa Brasil, pero los Estados Unidos se cruzaron en el camino.
De todos modos, para entonces el camino hacia Sudáfrica estaba ya encarrilado y España, dentro del grupo 5 de la zona europea, firmó una clasificación inmaculada y de récord al conseguir ganar todos los partidos, batiendo a Bosnia, Turquía, Bélgica, Armenia y Estonia.