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MUNDIAL 2010 | LAS 32 SELECCIONES

La modesta Nueva Zelanda, ante su segundo Mundial

El bloque oceánico se clasificó en la repesca tras eliminar a Bahrein

La selección de Nueva Zelanda, clasificada para el Mundial de Sudáfrica de 2010 tras eliminar en la repesca a Bahrein, se presentará en su segundo periplo mundialista como uno de los combinados más asequibles del certamen, aunque desde dentro, buscarán superar la hazaña alcanzada por los 'kiwis' en España 1982, en su debut en una cita internacional.

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El bloque oceánico, que actualmente ocupa el septuagésimo octavo puesto de la clasificación FIFA, se encomendará en este empresa a la dirección de su seleccionador Ricki Herbert, antiguo miembro de la 'quinta' que clasificó a los 'All Whites' a su primera Copa del Mundo, y que al igual que sus ex compañeros, sigue siendo un ídolo en esta nación isleña.

Ante la marca establecida en esta gesta por entonces inverosímil, la nuevas generaciones de futbolistas neocelandeses crecieron con la responsabilidad de igualar la hazaña. Ya en la fase de clasificación para el pasado Mundial en Alemania, perdieron la primera gran oportunidad al ceder en el 'match-ball' final de la AFC ante las Islas Salomón, lo que les despojó del trono continental.

Sin embargo, en esta ocasión, la sinergia de Herbert y de su adjunto, Brian Turner -otro de los héroes de España 1982-, con la nueva hornada de jóvenes jugadores facilitó que en esta nueva tentativa sí pudieran cerrar el billete hacia el cuadro final mundialista, erigiéndose como la principal potencia oceánica y disputando la plaza final en Sudáfrica en el cruce ante el quinto clasificado en la previa asiática, Bahrein.

En la Copa de Oceanía arrasó a sus rivales y sólo cedió una derrota ante Fiyi en el último encuentro, en el que los neozelandeses ya no se jugaban nada porque eran campeones matemáticamente. De ahí, dieron el salto a la repesca ante Bahrein, donde los 'kiwis' hicieron buenas las 'tablas' sin goles alcanzada en Manama en el encuentro de ida, y el tanto de la victoria (1-0) de Rory Fallon en la vuelta en Welligton, ante 35.000 fervientes espectadores, récord histórico en un país donde el 'deporte rey' es el rugby de los 'All Blacks'.

De este modo, Nueva Zelanda viajará a tierras africanas con la intención de estrenar su baremo de puntos en un torneo mundialista, debido a que en la comparecencia precedente cayeron derrotados en la primera fase frente a Brasil, la extinta Unión Soviética y Escocia, y con la decisión de ampliar la historia. Italia, Paraguay y Eslovaquia tampoco se lo pondrán demasiado fácil para un combinado que demostró sus carencias en la Copa Confederaciones donde únicamente arrancó un empate ante Irak y no marcó ningún tanto.

Un bloque, en busca de sus primeros puntos

Pese al gol anotado por Fallon, los principales baluartes del conjunto neocelandés son el delantero Shane Smeltz y el guardameta Mark Paston. El primero lideró con sus ocho dianas en cinco envites correspondientes a la fase previa el ataque de los 'All Whites', mientras que el segundo, fue el héroe del partido de vuelta ante Bahrein al parar una pena máxima a Sayed Mohamed.

Smeltz, que juega en el Gold Coast australiano después de haber pasado por el Wellington Phoenix de su país, decidió dar el salto a Europa, concretamente a Inglaterra en 2005, pero tras pasar por equipos medios de la segunda división volvió a Oceanía para volver a ser el referente atacante de su selección, que no su país de nacimiento ya que llegó al mundo en Alemania.

Mientras, Paston, que milita en el Wellington Phoenix, fue rechazado por modestos clubes británicos y vive una 'pelea' con su compañero de equipo y selección Glen Moss por ser el portero titular en Sudáfrica.

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