EEUU abre una investigación por la muerte del mexicano agredido por la Policía de fronteras
Nacido en la ciudad mexicana de San Luis Potosí, Hernández era padre de cinco niños con nacionalidad estadounidense y se dedicaba a limpiar piscinas
Las autoridades estadounidenses han abierto dos investigaciones por la muerte este lunes del ciudadano mexicano Anastasio Fernández Rojas a manos supuestamente de agentes fronterizos, que días antes que le golpearon duramente e incluso le aplicaron descargas eléctricas tras arrestarle en California sin documentación que acreditara su estancia legal en el país, donde por otro lado vivía desde hacía 20 años.
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La División de Asuntos Internos del Departamento de Justicia y la Policía de San Diego (California) han abierta sendas investigaciones para determinar las causas de la muerte de Fernández Rojas, informó la cónsul mexicana en la ciudad, Remedios Gómez, citada por la agencia estatal Notimex.
Según han adelantado las autoridades estadounidenses, existen informes que indican que Fernández Rojas, de 42 años, se mostró muy violento con los agentes que procedían a expulsarle del país tras arrestarle cerca de la garita fronteriza de San Ysidro, una de las más transitadas.
La versión con la que de momento trabajan es que Fernández Rojas desoyó sus numerosas advertencias de que se calmara, por lo que se vieron obligados a usar la fuerza para reducirle, a consecuencia de lo cual habría muerto.
Además, han afirmado que no será válido el testimonio del hermano del fallecido, presente en el momento de los hechos, que sostiene que el estado de Hernández Rojas era demasiado precario para poder agredir a nadie.
Según esta versión, los agentes de fronteras golpearon al fallecido cuando éste se encontraba esposado en el suelo, y también golpearon intencionadamente una de sus piernas, donde se había tenido que operar y tenía los huesos unidos por clavos, lo que le produjo un gran dolor.
La división de homicidios de la Policía de San Diego se comprometió a elaborar un informe sobre el caso que esté listo para finales de mes.
Hernández, quien había vivido 20 años en la localidad de San Diego, fue detenido el pasado viernes cuando agentes norteamericanos constataron que no tenían documentación para residir legalmente en Estados Unidos. En ese instante, iniciaron el proceso de "deportación voluntaria" hacia México.
Nacido en la ciudad mexicana de San Luis Potosí, Hernández era padre de cinco niños con nacionalidad estadounidense y se dedicaba a limpiar piscinas. Según sus familiares, el hombre llevaba más de dos décadas viviendo de manera irregular en Estados Unidos donde se estima hay unos 20 millones de mexicanos.