Nadal, a un paso de su quinto Roland Garros
El domingo se enfrentará a Soderling para recuperar el número uno
El tenista español Rafa Nadal buscará el domingo su quinta Copa de los Mosqueteros ante Robin Soderling, en un partido al que acude con ánimos de revancha por su eliminación el pasado año en los octavos de final de su torneo fetiche, Roland Garros.
El tetracampeón se plantó en su quinta final, en tan sólo seis años, al superar al austriaco Jurgen Melzer por un cómodo 6-2, 6-3 y 7-6 (6) para celebrar su 24 cumpleaños con un día de retraso, y emplazar al sueco a un partido que podría permitir el regreso del jugador balear al primer escalón del ranking ATP.
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Un partido que tendrá todos los alicientes y que llega en un buen momento para el de Manacor, vencedor esta campaña en Madrid, Roma y Montecarlo, y gustador por su estilo y coraje, cercano al que le sirvió para encumbrarse en 2008 como el mejor tenista del circuito tras su oro olímpico en Pekín.
Pero no sólo estará cargado de motivos para Nadal, sino que también para su oponente. El sueco, de 25 años, ha alcanzado por segundo año consecutivo la final del abierto galo y no querrá dejar escapar una oportunidad de oro para entrar en el palmarés de los Internacionales de Francia.
El año pasado le apartó Federer de la gloria y este año deberá ganar a un Nadal imponente, extremadamente cómodo sobre el polvo de ladrillo de la Ciudad de la Luz. Algo que tendrá a su favor es que los dos últimos partidos entre ambos (5 en total) se han saldado a su favor. Por eso, Soderling jugará también con la ansiedad de un Nadal que deberá medirse a varios factores.
El jugador escandinavo, verdugo de Roger Federer en los cuartos de final, superó a Tomas Berdych en cinco mangas por 6-3, 3-6, 5-7, 6-3 y 6-3 después de un maratón que se prolongó hasta las tres horas y 27 minutos de juego.
El de Tibro, que el año pasado apeó a Nadal en octavos para vivir en París la explosión de su carrera profesional, saltó a la cancha muy motivado y llevó la iniciativa desde los primeros compases, muy serio sobre todo con el saque.
A pesar de vivir varias situaciones de rotura en su contra y de atravesar momentos complicados en el envite ante el checo, Soderling lanzó su ataque tras ceder en el tercer set y tener en su contra el partido. Fue en ese momento cuando el sueco despertó para sentenciar la contienda por un doble 6-3 en los sets siguientes y confirmar -por segundo año consecutivo, su billete para la final.