La lluvia y el viento disipan el humo sobre la capital rusa
Por primera vez en varias semanas, la temperatura máxima en la capital rusa este miércoles apenas superará los 30 grados
La lluvia que ha caído esta noche sobre el centro de Moscú ha sido recibida como una bendición por los moscovitas, agobiados por la mayor ola de calor en los 130 años de la historia de las observaciones meteorológicas en Rusia.
El viento y la lluvia han disipado el humo que cubrió durante varios días Moscú y que junto con el calor duplicaron, la tasa de mortalidad en la capital rusa, como han admitido las autoridades.
Por primera vez en varias semanas, este miércoles la temperatura máxima en la capital rusa apenas superará los 30 grados centígrados.
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Sin embargo, el director del Centro Meteorológico de Rusia, Román Vilfand, ha advertido de que todo indica que el alivio que experimentan los moscovitas será pasajero, pues "apenas cese el viento, el humo volverá a la ciudad".
"Los incendios forestales no han desaparecido. Las altas presiones y el anticiclón harán que el humo vuelva a Moscú", ha dicho el meteorólogo, citado por la agencia Interfax.
Vilfand indica que a partir de este miércoles la temperatura en la región de Moscú experimentará un descenso de entre 3 y 5 grados de los actuales 36-37.
Pero ha recalcado que, aun así, la ola de calor se mantendrá, con "temperaturas más propias del Sahara y Asia Central" que de la parte europea de Rusia.