Sociedad

El problema real de Melilla

Las asociaciones de Derechos Humanos de Melilla temen que el conflicto con los activistas tape el problema real de la frontera con Marruecos

Las asociaciones de Derechos Humanos de Melilla denuncian que la construcción de la valla no ha acabado con la inmigración ilegal, de hecho, aseguran que ha habido un repunte en los últimos dos meses y que las mafias se siguen lucrando del tráfico de personas que cruzan desde Marruecos a Melilla

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Sergeo Siewe tiene 27 años, es camerunés, y llegó a Melilla hace dos meses y medio saltando la valla por Mariguari, uno de los 4 puestos fronterizos entre la ciudad autónoma y Marruecos. "Iba con tres amigos, pero fueron detenidos por la policía marroquí. A mí no me vieron, tampoco la Guardia Civil y logré saltar", dice a las puertas del CETI, el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes. "Vine a buscar trabajo. En Camerún hay muchos problemas y tengo que mandar dinero a mi madre".

Según las asociaciones de Derechos Humanos, casos como el de Sergeo son constantes en la frontera y temen que la polémica surgida ahora con los activistas marroquíes oculte las verdaderas violaciones que sí que se producen, como el contrabando o el tráfico de personas. José Palazón, de Pro Derechos de la Infancia, no le da "ninguna credibilidad" a las denuncias de los activistas y, asegura, "son empleados de Marruecos y están persiguiendo otro fin que no es el de la denuncia de violaciones de derechos humanos".

Palazón asegura que en los últimos dos meses ha habido un repunte de inmigración ilegal a Melilla. "Pasan por la frontera de Beni Enzar en camiones de mercancías, en coches... pagando unos 3.000 o 4.000 euros a las mafias. Es otro fracaso de FRONTEX y de la Unión Europea." La valla no ha terminado con la inmigración, dice que sigue habiendo y que "lo que antes era un fenómeno natural, ahora se ha convertido en un negocio".

Esta es la realidad en la frontera y no la que se ha querido dibujar desde Marruecos en los últimos días. Una frontera que ya, sin activistas ni pancartas contra los agentes españoles, ha recuperado por completo la normalidad.