Moratinos y Kouchner dialogan este viernes de Oriente Próximo
El ministro de Exteriores y su homólogo francés abordarán también la próxima Cumbre de la Unión por el Mediterráneo
El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación español, Miguel Ángel Moratinos, y su homólogo francés, Bernard Kouchner, mantendrán este viernes un almuerzo de trabajo en el que repasarán temas de interés mutuo tanto a nivel bilateral como internacional.
En la agenda del encuentro, según Exteriores, figuran temas como el proceso de paz en Oriente Próximo, dado que este jueves se han reanudado las conversaciones directas entre palestinos e israelíes en Washington y que ambos ministros tienen previsto viajar próximamente junto con otros homólogos europeos a la Franja de Gaza.
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Igualmente, se espera que Moratinos y Kouchner discutan sobre la próxima Cumbre de la Unión por el Mediterráneo, que debía haberse celebrado bajo presidencia española de la UE el pasado mes de mayo en Barcelona pero fue aplazada a noviembre por decisión de las partes.
Según Exteriores, otros temas que se abordarán en el almuerzo de trabajo serán el establecimiento de una mayor coordinación en las políticas de desarrollo ante la celebración de la Cumbre de Objetivos de Desarrollo del Milenio durante la Asamblea General de Naciones Unidas a finales de este mes, y los objetivos de la presidencia francesa del G-8 y el G-20.
Asimismo, concluye el comunicado, "los ministros abordarán también temas relativos a la cooperación bilateral, particularmente en cuestiones de seguridad en el Sahel". En esta zona está activa Al Qaeda en el Magreb Islámico, que en los últimos meses ha tenido secuestrados a tres ciudadanos españoles y a dos franceses, uno de los cuales fue ejecutado a finales de julio después de que fracasar una operación militar conjunta franco-mauritana para liberarle.
El encuentro de Moratinos y Kouchner se produce también en un momento en que el Gobierno de Nicolas Sarkozy está siendo objeto de fuertes críticas por su política de expulsión de inmigrantes de etnia gitana hacia sus países de origen en el este de Europa. De hecho, el propio ministro de Exteriores galo ha reconocido esta semana que pensó en dimitir porque no está de acuerdo con esta política, pero finalmente no lo hizo porque sería "desertar".