EEUU pide perdón a Guatemala por la infección de sífilis de los años 40
Por un experimento que trataba de comprobar la efectividad de la penicilina en el tratamiento las enfermedades de transmisión sexual
Todo empezó cuando una profesora universitaria investigaba el llamado Experimento Tuskegee, una investigación médica de los años 30 para estudiar las consecuencias de la sífilis. Aquel estudio fue controvertido porque a los pacientes, todos afroamericanos sin recursos, nunca se les dijo que tenían sífilis y nunca se les ofreció un tratamiento para combatir esa enfermedad de transmisión sexual.
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La profesora encontró unos documentos perdidos de un médico que había participado en ese estudio, y en ellos había referencia a otro experimento de los años 40 financiado por el Gobierno de Estados Unidos y hasta ahora desconocido: cerca de 1.500 presos en cárceles de Guatemala fueron inoculados con sífilis o gonorrea. Primero se inoculó el virus a decenas de prostitutas que posteriormente mantuvieron relaciones con cientos de presos en una cárcel del país. Al comprobar que muchos de los presos no fueron contagiados, los médicos decidieron inocularles directamente el virus mediante inyecciones en sus órganos genitales o "exposición del prepucio del pene a materiales infectados", según dice un documento hecho público hoy por el Departamento de Estado.
El experimento trataba de comprobar la efectividad de la penicilina en el tratamiento las enfermedades de transmisión sexual. Según el Departamento de Estado, se cometieron múltiples violaciones éticas, entre ellas "el uso de sujetos de estudio que pertenecían a poblaciones altamente vulnerables; la realización de una investigación sin el consentimiento informado del participante, y el engaño en la conducción de los experimentos". Al menos uno de los presos murió durante el experimento, aunque se desconoce si fue a causa de la enfermedad inoculada.
En la disculpa formal que ha ofrecido hoy la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, al Gobierno y al pueblo de Guatemala, promete una "investigación minuciosa de este suceso atroz. Aunque estos sucesos ocurrieron hace más de 64 años, estamos indignados de que tal investigación reprochable haya ocurrido bajo el pretexto de la salud pública. Lamentamos profundamente que esto haya sucedido y ofrecemos nuestras disculpas a todas las personas que resultaron afectadas por esas abominables prácticas de investigación. La conducta demostrada durante el estudio no representa los valores de Estados Unidos ni nuestro compromiso con la dignidad humana y el gran respeto hacia el pueblo de Guatemala.
"El estudio es un triste recordatorio -ha dicho- de que las garantías adecuadas para la investigación en seres humanos no existían hace medio siglo. En la actualidad, los reglamentos que gobiernan la investigación médica en seres humanos financiada por Estados Unidos prohíben este tipo de violaciones atroces. Estados Unidos es inquebrantable en su compromiso de garantizar que todos los estudios médicos en seres humanos que se realizan en la actualidad, cumplan con las rigurosas normas legales y éticas de Estados Unidos e internacionales."
Javier del Pino
Dirige y presenta 'A vivir que son dos días', sábados y domingos de 8:00 a 12:00 h. Una mirada distinta,...