La segunda oportunidad del fútbol serbio
Los ultras serbios, el último azote de un país europeísta
El pasado 12 de octubre los hinchas serbios provocaron en Genova la suspensión del partido que enfrentaba a su selección frente a Italia. Una pataleta que finalmente solo le ha costado tres puntos al fútbol serbio, pero que tenía como primera intención frenar la travesía del país balcánico hacia la Unión Europea.
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Serbia es un país poco común, en los últimos diez años ha cambiado de nombre dos veces. Perdedores morales de la última gran guerra que ha visto Europa, sus habitantes han tenido que ver en la última década cómo su país cada vez se hacía más pequeño. Por si fuera poco, ahora tienen que decidir si adherirse a la UE, cuya gran mayoría de miembros reconoce la independencia de Kosovo.
El resultado de ello fue un escenario que muy pocas veces se ha dado en el fútbol; que los aficionados radicales de un país viajen en masa a otro para increpar a su propio equipo. Los hinchas serbios lo hicieron. El traspié cayendo en primera ronda del Mundial y el titubeante inicio de clasificación para la Eurocopa 2012 han sido la gota que ha colmado el vaso de una afición ya de por sí muy irascible.
Los arrestados, 16 ultras del Estrella Roja de Belgrado -el equipo que representa los valores más nacionalistas y cercanos a la Serbia de Milosevic- más que molestar a su equipo, lo que quisieron fue poner una chinita en camino del gobierno europeísta de Belgrado. ¿Por qué en Italia? Se trataba de un país cercano, de la Unión Europea y uno de los que ya ha reconocido la separación de Kosovo.
Entre los aficionados detenidos, se encuentra Ivan Bogdanov, cosiderado el cabecilla del grupo ultra 'Tigres de Arkan', cuyo nombre rinde homenaje a ´eljko Ra¸natovi?, uno de los más conocidos criminales de la Guerra de los Balcanes.
Este incidente con el equipo de fútbol serbio ocurrió no llega a dos meses después de que su compañeros del baloncesto protagonizaran una batalla campal frente a Grecia. En esa ocasión fue un jugador, Nenad Kristic, quien fue el que acabó pasando la noche en un calabozo de Atenas, tras lanzar una silla a un jugador rival.
Más allá por su patria fue el nadador Milorad Cavic en los Campeonatos de Europa de Natación de Eindhoven en 2008. Tras vencer la prueba de 50 metros mariposa, decidió recoger la medalla con una camiseta que portaba el lema "Kosovo es Serbia". La puesta en escena le costó perder el record europeo y quedar descalificado para lo que restaba de campeonato.
Disturbios también en el tenis
Si bien es verdad que los aficionados de Estrella Roja, Partizan y FK Rad de Belgrado son los que más problemas han creado en estos últimos años, la afición serbia también se ha dejado notar en otros deportes en principio más pacíficos.
A miles de kilómetros de casa y con motivo del enfrentamiento entre Djokovic (serbio) y Amer Delic (bosnio) en el Australian Open de 2009, aficionados de ambos países se enzarzaron en una trifulca en la que volaron mesas y sillas de un bando hacia otro. El vídeo del de la pelea dio la vuelta al mundo y ambos jugadores, se vieron obligados a pedir calma, "nosotros somos amigos, no tienen sentido estos incidentes", dijo Delic en su página Web.
Al final el fútbol serbio se ha salvado, tendrá una segunda oportunidad y podrá seguir adelante en la clasificación de la Euro 2012. Sin embargo, mientras la sociedad serbia intenta pasar página y caminar hacia su integración en Europa, los aficionados radicales se empeñan en mantener encendido el polvorín de los Balcanes.