Fernando Alonso merece ser campeón
Tendrá que ganárselo en la pista, como ha hecho hasta ahora, pero nadie ha hecho más méritos hasta ahora. Que Alonso sea el gran candidato al título sólo puede explicarse sumando varios factores, sorprendentes algunos, que han coincidido en el tiempo: la mala gestión deportiva de Red Bull (con el coche que tienen deberían ser ya campeones), los errores de Hamilton (una vez más cediendo ante la presión en los momentos decisivos), el desplome de Button (deprimente segunda mitad de temporada del actual campeón) y el arrebatador resurgimiento de Alonso y Ferrari. Fernando consiguió 98 puntos en las 10 primeras carreras (5 menos que Webber, 23 menos que Vettel, 35 menos que Button y 37 menos que Hamilton). Era quinto y estaba muy lejos del líder aunque no tanto como Massa (67 puntos hasta entonces).
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En Maranello no suelen rendirse por mal que vayan las cosas y Alonso menos aún. Resulta evidente que el F10, aunque la evolución ha sido magnífica, no es el mejor coche de la parrilla. Ese honor corresponde al RB6, la joya diseñada por Adrian Newey. Ese coche nació con un gen ganador pero el descarado y sonrojante apoyo a Vettel y la humillación a Webber les puede costar el campeonato. Que sus pilotos sean 2º y 4º a pesar de haber logrado 14 de 17 poles refleja que las cosas no se han hecho bien. Fernando ha aprovechado el regalo y ha sido el más astuto, el más consistente y el más regular cuando ha llegado el momento decisivo. Según sus propios compañeros de parrilla es el mejor piloto actual y exhibiciones como las de Monza, Singapur o Corea resaltan esa condición.
Es posible que Alonso no gane el Mundial. Cualquier pequeño detalle (un pequeño desliz en el pilotaje, un impacto de otro coche, una pequeña avería, una equivocada decisión el muro...) puede arruinar las brillantes perspectivas pero, pase lo que pase, nadie lo merece más que él. Por tenacidad, capacidad de superación, inteligencia en carrera y fuerza mental para soportar la presión mejor que nadie Alonso marca diferencias con el resto. Salvo gran sorpresa, el nombre del ganador lo sabremos en Abu Dhabi el 14 de noviembre. Él parece el elegido y no suele fallar en situaciones límite pero en la F1 los imprevistos son moneda de uso común. La prudencia es la mejor consejera.