La duda como munición

La palabra 'duda' en boca del vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, refiriéndose a la situación económica y al temor al contagio de Irlanda, aumenta el desconcierto en unos días en los que los mercados acosan a España y en el que este país está en el punto de mira de todo el mundo. Pero hay que poner esa palabra en su contexto. Duda Almunia de las medidas adoptadas por el Ejecutivo, por si son suficientes y por si van a poder aplicarse, duda de que el Gobierno sea claro a la hora de explicar que hay una estrategia de crecimiento necesaria.

Pero no duda Almunia de que el Gobierno está diciendo la verdad. La palabra, 'mentira', hasta ahora solo la ha utilizado el Partido Popular, que hoy se agarra a las declaraciones de Almunia, aquí en la SER, para incorporarlas a sus argumentos, en un claro ejercicio de manupulación. Porque Almunia no dice lo mismo que González Pons, porque Almunia no pone en duda los datos que da el Gobierno, no cuestiona su veracidad. Lo que hace es mostrar preocupación por la aplicación de unas medidas ya adoptadas.

Para el PP esto ya es munición suficiente para seguir disparando contra el Gobierno y contra Zapatero, en esta estrategia de desgaste en la que tan a gusto se encuentra, sin pensar en las consecuencias. El daño que puede provocar esta actitud del PP va más allá de quien ocupa Moncloa, se daña al país, se daña a la marca España que es a quien vigilan los mercados, no a quien la lidera. Todos los calificativos que se usan últimamente para definir la estrategia de los populares pueden parecer excesivos o insuficientes, lo indiscutible es que al PP le da igual la situación solo le importa una cosa que el camino hasta la presidencia del Gobierno sea lo más corto posible y para ello les sirve cualquier recurso. Su beneficio, está claro, que no coincide con el de los españoles.