El adulterio, motivo de despido justificado para el Tribunal de Derechos Humanos
La sentencia se aplica a los ciudadanos alemanes que trabajan para la Iglesia mormona
El adulterio puede ser considerado como falta grave en caso de despido de un trabajador si su empleador le exige, en función de su ética, una serie de compromisos morales. Así se deduce de una decisión formulada por la Corte de Derechos Humanos a raíz de un recurso presentado por violación de la intimidad y la vida privada de dos ciudadanos alemanes que fueron despedidos por infidelidad conyugal.
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La sentencia del Tribunal de Estrasburgo, dictada el pasado 23 de septiembre, se refiere a los casos de dos ciudadanos alemanes que trabajaban para las iglesias Mormona y Católica, respectivamente, y que fueron despedidos por haber mantenido relaciones extraconyugales. Uno de ellos ocupaba el cargo de director de relaciones públicas para Europa de los mormones alemanes y el otro era organista de una Iglesia católica de Essen. El primero, había firmado un contrato en el que se especificaban diversos compromisos morales como no fumar o beber alcohol, mientras que el segundo había prometido observar y respetar los preceptos eclesiásticos.
De ahí que el Tribunal de Estrasburgo haya considerado que el adulterio pudo ser invocado como falta grave ya que, según la sentencia, "un empleador cuya ética esté basada en la religión o en una creencia filosófica puede exigir a sus empleados obligaciones de lealtad específicas". En este caso, la de fidelidad conyugal.
No obstante, a diferencia del mormón, para el organista católico la Corte sí ha estimado que hubo intrusión en la vida privada toda vez que la relación con otra mujer se produjo después de haberse separado de su primera esposa y que, por tanto, no hubo bigamia como alegó el párroco al despedirle.