Lejos del acuerdo

La comisión del Pacto de Toledo abordaba hoy los dos temas más espinosos de la negociación para la reforma de las pensiones: la ampliación del periodo de cotización, actualmente fijado en 15 años, y el retraso de la edad de jubilación. Y, claro, adentrados en los puntos polémicos, llegaron los problemas. A ver si somos capaces de explicarlo porque, créannos, no es fácil...

La madre del cordero sigue siendo la ampliación de la edad de jubilación. El PSOE ha presentado un texto en el que no hay cifras, no se habla ni de 65 años, ni de 67 pero sí habla de equiparar la edad real con la edad legal de jubilación. Los grupos de izquierda de forma vehemente -y el PP de forma más vaga- dicen que es una redacción tan ambigüa como para permitir al Gobierno elevar la edad de jubilación a los 67 años. Izquierda Unida ha llegado a decir que o el Gobierno se envaina -es textual- lo de los 67 años, o no habrá acuerdo. El caso es que han decidido ponerlo todo por escrito y mañana seguir negociando sobre ese papel.

En cambio, sí ha habido un principio de acuerdo entre los grupos mayoritarios (PSOE, PP y CiU) para ampliar el periodo de cálculo de las pensiones; principio de acuerdo del que se desmarcan abiertamente Izquierda Unida, Esquerra y BNG.

En resumen, la situación dista mucho del recomendado y recomendable acuerdo mayoritario para una reforma clave para nuestra economía hoy -para aplacar a los insaciables mercados- y para nuestro futuro mañana, para garantizar un pilar básico de nuestro Estado de Bienestar.

Y todo esto el mismo día en el que la sombra de la duda vuelve a planear sobre la deuda española, y quien siembra esta duda vuelve a ser la inefable agencia Moody's, aquella que ahora es capaz de vislumbrar los problemas económicos de los países, pero que en su momento fue incapaz de anticipar los problemas que nos han situado en este punto. Señala Moody's a las comunidades autónomas, y en esto quizás no se equivoca. La misma transparencia y firmeza que se le pide al Gobierno central se le debe pedir a las autonomías para salir de la crisis, a todas y cada una de ellas, incluso las presididas por el PP, martillo del gobierno por su mala gestión de la crisis. Estas también tienen que enseñar sus cuentas y explicar su gestión.