Tiger Wood cierra el peor año de su carrera como golfista
Woods terminó de firmar en el Chevron World Challenge de Thousand Oaks (Estados Unidos) su año más <i>horribilis</i>. Ni un triunfo, ni oficial ni extraoficial, la primera temporada desde 2006 que termina con el casillero como empezó, vacío. <b>Tiger ha jugado 15 competiciones en 2010, ninguna victoria</b>
El comienzo de un año nuevo arroja para muchos una sensación de liberación, de resurgimiento: nuevos propósitos, nuevas metas, renovadas promesas. En fin, eso de "año nuevo, vida nueva". Seguro que tal credo pasará por la mente de Tiger Woods, más que por ninguna otra, este 31 de diciembre.
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El 27 de noviembre del 2009 hacía pública al mundo la doble vida de Eldirck Woods. Un accidente de tráfico motivado por una disputa sentimental con su esposa, la modelo sueca Elin Nordegren, sacó del nimbo privado sus más que repetidas infedilidades y una adicción al sexo que le condenó al silencio y al ostracismo informatico durante cinco meses. Allí, en la penubra, permaneció desde su retirada del green hasta su regreso taciturno en abril en el Masters de Augusta. «Ha sido un año durísimo como jugador y he aprendido mucho , pero como persona ha sido mucho más intenso todavía. Por eso, a pesar de no haber logrado ninguna victoria todavía, para mí 2010 ha sido muy provechoso», declaró entonces.
A finales de octubre, Lee Westwood le arrebató el número uno mundial, posición que el norteamericano retenía desde hacía cinco años; su entrenador de toda la vida, Hank Hanet ,le abandonó ; y comenzó a perder patrocinios con la misma velocidad que los había creado en su época dorada. El último aviso le llegaba desde Electronic Arts que anunciaba este mismo mes estar planteándose su colaboración con el golfista si sus resultados no mejoran.
Es por ello que Woods está intentando acercarse a sus seguidores con una nueva cuenta de Twitter y con otras apariciones en los medios. "Es hora de hacer una conexión con los aficionados, que se han portado de manera absolutamente increíble conmigo durante el último año", aseguró en una entrevista al canal ESPN que el blog de deportes Deadspin consideraba como "la más aburrida de todos los tiempos". Pero ya cuenta con más de 340.000 followers en la cuenta de Twitter gracias a esa campaña de "humanización". "Yo soy un jubilado de Operaciones Especiales. Me divorcié y fue realmente duro como el infierno. Tengo fe en ti", declaraba un seguidor a través de la red social. "Gracias hermano", respondía Woods.
Al igual que genera odio o indiferencia, no se puede negar su brillantez o su trascendental importancia para este deporte. Él es la figura más atractiva del golf, le saca del suburbio mediático para ponerle de lleno en la vía principal. No lo hace Lee Westwood, quien recientemente lo reemplazó como el mundo N º 1, ni Phil Mickelson y ciertamente no, Jim Furyk. El golf todavía se encuentra, pese a quién le pese, en la era de Tiger Woods, aunque una hornada de talentosos jugadores europeos la amenacen.
"Pronto volverá a ganar torneos", auguró McDowell al término Chevron World Challenge. Que así sea.