Nuestro compañero Nacho Ares ha ido a investigar el lugar de la mano del periodista José Gregorio González y Fernando Hernández. Dentro de la casa escucharon sonidos extraños pero no ha sido lo único que han encontrado. La casa está en la ladera del monte Moquinal y da a un precipicio. Ahora está abandonada y rodeada de maleza, pero en su interior se esconden diversas historias: la gente dice que hay apariciones y se escuchan ruidos como de disparos. Se ha creado toda una leyenda en torno al lugar y la Guardia Civil tiene constancia de que ha sido utilizada durante años como escenario para ritos de brujería, ya que entre otras cosas, se han encontrado cabezas de gallos, usadas como santería afrocubana. A nuestros propios compañeros les han sucedido algunos de estos fenómenos. En un momento dado de la grabación, estando separados Nacho Ares y José Gregorio González por un lado y Fernando Hernández en otro, se escuchó un disparo. Nacho y José Gregorio salieron corriendo a comprobar que Fernando estaba bien y le encontraron bastante asustado. Pero no era lo único que había sucedido. Poco antes, mientras grababan unas preguntas, algo golpeó a Fernando: le habían lanzado un fruto en el cuello, dejándole una gran marca y se escucharon unas extrañas voces. Fueron a inspeccionar la casa para ver si encontraban a alguien, pero allí no había nadie. La casa había pertenecido al Coronel Martínez Fusset, encargado en Tenerife de los casos jurídicos y militares de la isla. Cuando éste se fue también la habitaron monjas Clarisas y cuenta la leyenda, que incluso Franco había residido en ella.