En elogio del fracaso
Analizamos 'El Discurso del Rey', la última película de Colin Firth
Acompañamos a nuestra redactora de cine al pase de prensa de la última cinta que protagoniza Colin Firth / MARÍA GUERRA / DAVID MARTOS
Equivocarse y ser torpe con estilo es una de las cualidades que más se aprecian en sociedad. Esa es la premisa de 'El Discurso del Rey', una deliciosa comedia en la que el espectador disfruta viendo a un rey tartamudear. El actor Colin Firth ('Un Hombre Soltero' o 'Bridget Jones') interpreta al padre de Isabel II, el rey Jorge VI, un apocado personaje superado por el terror a los primeros micrófonos de la radio, allá por 1939, cuando Gran Bretaña entró en guerra con Alemania y necesitaba más que nunca un monarca que transmitiese energía y confianza.
'El Discurso del Rey' es una película clásica en la que la pareja protagonista es un aristócrata patológicamente inseguro, Colin Firth, que recibe clases particulares de un logopeda alocado y vulgar, que interpreta Geoffrey Rush ('Shine'). Es un mano a mano interpretativo que tiene muchas papeletas para acabar con varios galardones en la ceremonia de los Oscar. Es una producción británica dirigida por Tom Hooper, un director con mucha experiencia en la televisión, que no ha podido evitar dar a la película un excesivo aire teatral. También se le ha ido la mano con la devoción que siente hacia la familia real y que, a ratos, empalaga.
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El acierto está en la magnífica interpretación de los actores. También los secundarios: Helena Bonham Carter -en el papel de la enérgica esposa, la futura Reina Madre, que arrastra a su marido al foniatra- y la breve intervención de Michael Gambon, que interpreta al viejo Jorge V, y que en un diálogo brillante define muy bien el papel desestabilizador de los medios de comunicación para la monarquía: "Este artefacto diabólico lo cambiará todo. En el pasado un rey debía mostrarse respetable y no caerse del caballo. Ahora debemos entrar en todos los hogares. Esta familia se ha visto reducida a la más baja y plebeya de todas las profesiones: nos hemos convertido en actores".




