Gente en tránsito
La última semana del año José Martí Gómez la ha pasado observando gente en tránsito. Por ejemplo, el intercambio de cromos entre Madrid y Moscú: dos diplomáticos rusos se van, expulsados por espionaje, y dos diplomáticos españoles vuelven, expulsados de Moscú.
Frederick Forsyth me dijo que el mundo del espionaje de hoy esta más cerca del mundo de los negocios que del mundo de la violencia. Rudyard Kipling definió al espionaje como el gran juego. Una partida de ajedrez, opina Forsyth, en la que a cada movimiento de pieza se responde con otra similar. Tú expulsas dos, yo te expulso dos.
Los espías se saben parte del juego. Larry Collins, autor junto a Dominique Lapierre de grandes reportajes novelados, me contó que el funeral de un mítico jefe de la CIA llevó a la iglesia a todos los agentes de la KGB en Washington. Daban el pésame, sinceramente a sus colegas norteamericanos. Todos se conocían. Todos sabían que eran espías trabajando con otra tapadera. En el mundo de los espías hay mucho cuento, me dijo John Le Carré. Entre el material editado por la Fundación Francisco Franco está un documento de tres paginas remitido por un espía que trabajaba en Paris en tiempos de la segunda guerra mundial. El documento esta fechado en el Café Can Can, en la rue de Pigall y dice que tras conversar con un inglés aficionado al whisky ha sabido que la guerra va para largo. No se especifica si el espía incorporó la factura por los whiskys.
Otro personaje en tránsito ha sido Ferran Mascarell. Del socialismo a convergencia.
En el inicio de la transición hubo lo que Díaz Ambrona, un buen ministro de Educación, me definió como cambios de camisa que daban vértigo. La frase me gustó y se la trasladé a Alfonso Osorio. La completó diciéndome es la hora de los saltimbanquis. Aja ¿Es la hora de los saltimbanquis?, le pregunté a Emilio Romero. No, me dijo. Es la hora de los canguros. Vaya. Me fui a ver a Gil Robles. Le pregunté si en ese tiempo de cambios de camisa que daban vértigo era la hora de los saltimbanquis o de los canguros. De ninguna de las dos cosas, dijo. Es la hora de los camaleones. Ahora, a todo eso se le llama trasfugismo. La palabra tiene menos poesía. Cosa del tiempo. Viene esto a cuento por el follón provocado por Mascarell. Cordial, trabajador, bien preparado, Mascarell no es canguro ni camaleón ni saltimbanqui pero aspirar a ser alcalde con los socialistas catalanes, que no se sabe dónde están ni se les espera, para pasar a ser conseller de cultura con el centro derecha de CIU es un cambio de camisa que da vértigo. Yo, que le quiero mucho, critico a Mascarell que tras la derrota no haya sabido guardar el duelo. Debo ser idiota. En el tiempo de la sociedad líquida la lealtad es un valor en crisis.
¿Hacia dónde irá, a lo largo del año que ahora empieza, el ciudadano anónimo castigado por la crisis?
Según el escenario macroeconómico que dibuja la Bolsa de Barcelona el ciudadano seguirá transitando entre dificultades. El consumo privado se debilitará debido al endeudamiento de las familias y la tasa de paro seguirá en torno al 20%. No mejorará el gasto público, marcado por las severas directrices europeas. Seguirá el severo ajuste del sector inmobiliario. Joan Hortalá, presidente de la Bolsa concreta su diagnóstico: "El escenario económico del 2011 se presenta complicado. La economía real no empezará a remontar hasta el 2012".
¿Crees que remontará la crisis del periodismo? Pedro Altares escribió hace años que debería existir un cielo para los diarios y revistas que mueren. Cabeceras en tránsito hacia el olvido, periodistas en tránsito hacia el paro...
Ese cielo del que hablaba Altares ha recibido a la última victima: CNNPlus. He sentido tristeza viendo la última foto de la redacción. ¿Qué tránsito espera a mucha de esa gente? Ahora se habla de la crisis provocada por Internet pero el cielo empezó a llenarse de diarios y revistas mucho antes. La lista sería larga. Desde un diario emblemático como "Madrid" a un semanario mítico como "Triunfo". Es curioso pero fue con el principio de la democracia que muchos diarios y revistas más que al cielo fueron al cementerio del olvido. Ahora, los periodistas viven inmersos en el infierno del paro. Un nuevo modelo de comunicación ha irrumpido y el viejo modelo no tiene de momento respuesta. En un episodio de la serie televisiva The Wire el director del Baltimore Sun reúne a la redacción para informar de que con la caída de la publicidad y el descenso de las ventas se cerrarán corresponsalías, habrán despidos y los que se salven de la quema tendrán que trabajar más, cobrando menos, para cubrir los puestos de los periodistas despedidos. ¿Te suena de algo Isaías?
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La carta de José Martí Gómez (02/01/2011)




