Aute: ''Me hubiera gustado ser el quinto Beatle''
Entrevistamos a Luis Eduardo Aute con motivo del lanzamiento de su último disco

Luis Eduardo Aute durante unas vacaciones

Escuchar a este artista es todo un lujo, habla con temple, con reposo, midiendo las palabras y mirando a los ojos. Nos acoge en su casa para hablar de su carrera, de sus inicios y sus miedos.
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Luis Eduardo Aute nos recibe en su casa-estudio de Madrid, tenemos que esperar a que termine otra entrevista y nos sentamos en una salita de estar junto a su perro y decenas de cuadros con fotos de Aute con Leonard Cohen, Joaquín Sabina, Fidel Castro y otros grandes personajes que se rodean de libros y una excelsa colección de películas en VHS. Al rato pasamos al salón, un salón amplio y luminoso, nos acomodamos en un sofá blanco junto a una mesa de cristal con un gran cenicero. Aute parece cansado pero se muestra atento y agradable, ofrece un café mañanero y nos sentamos alrededor del cenicero y con la perrita entre medias para recorrer la carrera de este artista global que hace unos meses presentó su nuevo trabajo, 'Intemperie' y que el viernes lo presentó en Madrid.
En tus inicios llegaste a abandonar la música durante unos años, te costó que te engancharan, ¿qué era lo que no te gustaba?
Es que era un mundo totalmente distinto al que yo estaba viviendo, en aquella época estaba plenamente dedicado a la pintura que era lo que quería hacer, era un mundo de gente normal. El mundo del disco estaba lleno de gente muy desinformada, muy circo y no me sentía cómodo. Me gustaba escribir poemas, tocar la guitarra y eso te lleva a escribir canciones, lo hice un poco por curiosidad y de repente mis canciones interesaban a la gente y yo no quería dejar de pintar, además se trataba de meterme en un terreno desconocido que no entendía bien. Saqué la bandera blanca y decidí grabar un disco para que me dejaran tranquilo, sin ánimo de que tuviera continuidad, como un recuerdo para mis nietos y la cosa fue a más. No podía pensar entonces que iba a dedicarme a ello.
A pesar del éxito de tus primeras composiciones te negaste a tocar en directo, tus canciones tenían voz en otros artistas, pero tardaste años en lanzarte a actuar...
Yo hacía las canciones para otros, Massiel fue la primera que me grabó, escuchó las canciones y le gustaron, era su segundo disco y fue un éxito en todo el mundo, vendió millones de discos con un montón de versiones de otros artistas. Había escrito cuatro o cinco canciones y dos de esas canciones eran un bombazo, me llamaban desde EEUU a Japón para entrevistas. Me pidieron que grabara mi disco y que actuase. Acabé grabando en 1966 pero no salí a cantar hasta 1978. Era una condición de mi contrato, ni televisión ni conciertos en público, así podía volverme al estudio a pintar.
¿Qué recuerdas de tu primer concierto?
Que yo no quería actuar, pero en un acto de la CNT en el 78 mis amigos cantantes conspiraron para que saliese. Empecé a cantar temblando, pensaba que al margen de 'Rosas en el mar' y 'Aleluya' nadie conocía mis canciones, cuando la gente empezó a cantar me calmé un poco. Luego hubo otro concierto de la CNT y ya no me tuvieron que empujar.
¿A qué se debía esa negativa a actuar?, ¿inseguridad?
Mucha, me daba pánico que pensasen que "pinta el pintor este aquí".
Ahora han pasado muchos años desde entonces, te has consolidado como un artista aplaudido en varias disciplinas, entiendo que pase lo que pase seguirás pintando y escribiendo canciones, ¿pero de dónde sacas la motivación para publicar ese material?
Es un privilegio poder vivir de la música, que es de lo que vivo, más que de la pintura.
¿Te hubiera gustado que hubiese sido al revés?
Al principio sí, pero ahora no. Hubiera hecho todo igual, escribiría canciones aunque viviese de la pintura, me gusta, es muy torturante por la autoexigencia y el rigor, pero cuando acabas es maravilloso, me ha descargado y aliviado. Es más tangible porque un cuadro lo vendes y a lo mejor no lo vuelves a ver. Que una canción la escuche tanta gente y que se sientan cómplices de lo que dices es increíble, que además se venda y puedas vivir de ello... Además son parte de la vida de la gente que luego se te acerca y te da las gracias por haberle acompañado en momentos difíciles de la vida, me han llegado a decir que alguien que estaba al borde del suicidio cambió de idea escuchando mis canciones, pocas cosas te dan esa gratificación.
¿De quién has aprendido más en la música?
Un poco de muchos, empecé a escribir canciones empujado por Bob Dylan, por un motivo muy bastardo, fue una época en la que estaba muy metido en la poesía surrealista francesa y me encontré con las canciones de Dylan, canciones larguísimas, exhaustivas, surrealistas, pero muy coherentes, canciones con cuatro acordes... con esa voz tan impresentable. Entonces pensé que si ese señor lo podía hacer yo también. Sin Dylan no lo hubiera hecho, me provocó, aunque luego su música y la mía tengan poco que ver, me siento más afín al mundo de Cohen, sus materiales son los que a mí me interesan; el sexo, la muerte, Dios, las mujeres. Me influyó mucho la opera también, mi padre ponía mucha en casa, creo que también le debo algo. Atahualpa Yupanqui también fue un descubrimiento muy importante, eran canciones muy sencillas pero llenas de contenido, muy sintéticas, unos textos llenos de lecturas. Luego le conocí personalmente cuando vino la primera aquí y le vi grabar un disco, cuando cantaba le salía humanidad de las vísceras. También son fundamentales los Beatles, como millones de músicos me hubiera gustado ser el quinto Beatle. También la música francesa como Jacques Brel, era adolescente cuando le escuché y me pareció algo diferente, muy literario y aquella voz dura, estaba lleno de sangre.
¿Hay algún proyecto tuyo del que te sientas especialmente orgulloso?
Me siento orgulloso de todos mis discos, en cuanto a proyectos me quedo con Templo que no me dejaron terminar, estaba prácticamente terminado, faltaba poco y la compañía se plantó.
De este disco se ha dicho que puede ser el último...
Lo digo siempre, cuando acabo un álbum tengo la firme sensación de que no me van a salir más canciones. Cuando estoy grabando digo "a ver si llego al final no vaya a palmar antes".
¿Qué es lo más difícil de vivir de la música?
Vivo un poco aislado de la industria, estoy muy fuera y no veo nada que me moleste, no estoy metido, soy muy poco "establishment" en cualquier ámbito. Empecé a escribir canciones porque me aburría mucho el mundo de los pintores, sólo hablaban de pintura, ahora no, ahora son muy multidisciplinares, antes sólo hablaban de pintura, de su pintura, era un coñazo insoportable. Quería respirar otras cosas, el cine me gustaba, la música, quería probar otras cosas, me asfixiaba el mundo de la pintura, soy poco gregario, cuando veo congregación me escapo.
El cine es otra de tus pasiones, ¿con qué cine te siente identificado?
El cine de muchos, por encima de todos Buñuel, el más grande de todos con distancia, Hitchcock un poco por debajo, a Hitchcock le hubiera gustado ser Buñuel. Me encanta el cine mudo, 'Amanecer' es una película fascinante. Godard, hay un cine antes y después de sus películas. Orson Wells es básico, Kubrick, '2001' es una película en la que ni Kubrick sabe bien lo que hizo.




