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Alfombra roja muy heterogénea, sin un color favorito claro

La tendencia del falso desnudo y bailarina para ellas y las pajaritas para ellos han triunfado en la red carpet

Natalie Portman(EFE)

El rojo, previsible y aburrido sobre la alfombra roja, ya que casi se camufla con ella, ha sido el elegido por varias celebrities

Javier Bardem y Penélope Cruz, ambos radiantes por su reciente paternidad. Ella, de L´wren Scott y él, de Gucci.

Javier Bardem y Penélope Cruz, ambos radiantes por su reciente paternidad. Ella, de L´wren Scott y él, de Gucci.

Alfombra roja muy heterogénea, sin un color favorito claro. Los tonos empolvados han triunfado: Hailee Steinfeld, de Marchesa, como una princesita sobre la alfombra roja; Mandy Moore con esa misma tendencia pero con aplicaciones de pailletes para un efecto con más glamour y mezcla de texturas; Florence Welch, con un Valentino muy decimonónico o Halle Berry , con un Marchesa que le favorece por su tono de piel, pero lo dicho: muy visto. El efecto falso desnudo en estos tonos favorece, pero no a todas.

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El rojo, previsible y aburrido sobre la alfombra roja, ya que casi se camufla con ella, ha sido el elegido por varias celebrities: Jennifer Hudson, con un vestido exagerado y escotado; Sandra Bullock con un Vera Wang muy rojo y demasiado forzado, y a la que se le "perdona": Anne Hathaway , que ha pisado la alfombra roja con un Valentino, el vestido en su máxima expresión, y que se cambiará varias veces de ropa durante la gala. Marchesa es otra de sus firmas preferidas para los eventos de este tipo. Y para las múltiples elecciones de la noche, ha contado como estilista con Rachel Zoe. También perdonamos a Jennifer Lawrence, con un rojo muy casual, poco de alfombra roja, pero apto para una veinteañera como ella, de Francisco Costa, diseñador de Calvin Klein.

Los metalizados también han acaparado parte de los vestuarios de las protagonistas sobre la red carpet, en algunos casos excesivos: Erin Andrews o Gwyneth Paltrow (un vestido segunda piel, que se le pega como un guante pero correcto). Y el color blanco, una bomba de relojería que muy pocas saben utiliza (correcto en Michelle Williams, previsible en Celine Dion). Otras lo han preferido combinar con negro, para un efecto bicolor: Michelle Williams (de Chanel), Virginia Madsen (de Romona Keveza), o Reese Witherspoon (de Armani Privé). Pero el negro en solitario ha brillado por su ausencia: dos o tres escasos vestidos: el asimétrico de María Menounos, o el de Sharon Stone, con aplicaciones de plumas en el hombro.

Suspendemos a Nicole Kidman, que siempre brilla con luz propia pero que esta vez ha llamado demasiado la atención con su vestido estructurado. Un Dior blanco con un estampado poco favorecedor, y que ella eligió porque le gustó "la estructura de la prenda". Y tanto. También a Helen Mirren , con un gris metalizado poco fotogénico y a Marisa Tomei, con un vestido azulón antiquísimo y sin aliciente: 1950 couture Charles James de Licy et Cie. Y como casi siempre, a Helena Bonham Carter , en su estilo peculiar: de negro, aunque más recatada que de costumbre, y con un bolso con forma de abanico. ¿Un homenaje a nuestro país?

El encaje ha sido otra de las elecciones, quizá ya muy vista, de varias de las asistentes: como Scarlett Johansson, de Dolce&Gabbana, con uno en color burdeos (el nuevo negro, según muchos diseñadores). Elegante pero algo insulso, no como el Elie Saab que lució durante los Globos de Oro de este año, con el que fue una de las más aplaudidas. También una de las nominadas, Melissa Leo, se ha decantado por este tejido, con un vestido demasiado rígido y poco natural. Atrevido en cambio el efecto de plumas más pailletes del vestido de Hilary Swank, de Gucci Premiere, con un "menos es más": no lleva adornos ni accesorios, para dar un mayor protagonismo a su elección.

Un 10 para Cate Blanchett , de Givenchy, que nos recuerda a una Audrey Hepburn del siglo XXI: vestid diferente y atípico pero en línea con su estilo delicado. Sin estridencias, sin llamar la atención, pero huyendo del típico negro o rojo. Originalidad en el color (lavanda claro), en las texturas y en las aplicaciones y los plisados (una tendencia poco vista sobre la alfombra pero muy favorecedora y que pegará fuerte la próxima temporada). Y otro 10 para Natalie Portman , espectacular con su embarazo y con un vestido sencillo de Rodarte para no recargar, aún más, su figura. ¿Habrá renunciado a llevar uno de John Galliano, diseñador de Dior, por el escándalo de la pasada semana?

En cuanto a ellos, triunfo absoluto de las pajaritas. Sólo hemos visto alguna corbata (los hermanos Coen Christian Bale). Los más elegantes, Mark Walhberg de Giorgio Armani y Mathew McConaughey de Dolce&Gabbana. Y atención a sus respectivas acompañantes: fabulosas y, cada una en su estilo, totalmente coordinadas con su chico. En cuanto a la pareja de españoles por excelencia, Javier Bardem y Penélope Cruz, ambos radiantes por su reciente paternidad. Penélope de LWren Scott, en color rojo y con aplicaciones brillantes, y joyas de Chopard, y el pelo suelto (rompiendo su costumbre de recogidos en los grandes eventos de este tipo). El mejor complemento de él, Pe, y el de ella, Bardem. Y todo queda dicho. Mención especial, en la categoría masculina, para Justin Timberlake, de Tom Ford y para Zachary Levi, de Gucci. Prescindible la pajarita bicolor de Francis Ford Coppola, a lo cebra.

En definitiva, una alfombra roja muy ecléctica y con varias tendencias marcadas en la que, como siempre, dos o tres estrellas han brillado con luz propia y otras (muchas más) han dejado que el vestido brillara por ellas.

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