La ONU preocupada por la violencia en Yemen

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha pedido al Gobierno y a los manifestantes que inicien el diálogo para acabar con la situación de inestabilidad que vive el país.

Ban expresó "su gran preocupación ante la muerte de personas y la presencia de heridos" en las revueltas en ese país y exhortó tanto a las fuerzas gubernamentales como a las de la oposición a abandonar el uso de la violencia, indicó la oficina del portavoz del secretario general en un comunicado.

"La violencia y el uso de la fuerza sólo puede exacerbar la situación", añade el comunicado, en el que se detalla que el máximo responsable del organismo internacional habló hoy telefónicamente con el presidente yemení, Ali Abdalá Saleh.

Ban le aseguró que la ONU está preparada "para apoyar un diálogo integral y una solución rápida a la situación en el país", y le subrayó su interés "en ver a Yemen disfrutar de la paz, la estabilidad y la seguridad".

De hecho, el secretario general de Naciones Unidas ha encomendado a un pequeño grupo de la ONU hablar con las partes en conflicto para ver cuál es la mejor manera en que el organismo internacional puede ayudar ante la situación en Yemen.

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"Ban confía en la sabiduría del presidente para alcanzar una solución pacífica en interés de todo el pueblo yemení", asevera el comunicado.

La conversación entre el secretario general y el presidente de Yemen tuvo lugar el mismo día en que un enfrentamiento entre partidarios y detractores del régimen yemení, que se manifestaban en las calles de la ciudad de Taez, en el sur de Yemen, causó 37 heridos.

Estos enfrentamientos tuvieron lugar poco después de que cuatro personas murieran y otras 27 resultaran heridas en un enfrentamiento entre militares opositores y una delegación de la tribu de Saleh que pretendía mediar con los manifestantes acampados en el centro de Saná, capital del país árabe.

Asimismo, durante el lunes murieron doce manifestantes y otros tantos resultaron heridos en protestas en la ciudad de Taez, informaron a Efe en Yemen fuentes médicas de un hospital de campaña situado en la plaza Libertad y dirigido por la oposición.

Yemen es el escenario de protestas contra el régimen de Saleh desde el pasado 27 de enero, aunque se intensificaron a mediados de febrero pasado, en medio de la ola de reivindicaciones democráticas, sociales y económicas que se vive en Oriente Medio y el norte de África.

EEUU condena

El Gobierno de EEUU ha condenado hoy "firmemente" el uso de la violencia por parte de las fuerzas yemeníes contra manifestantes pacíficos en algunas de las principales ciudades del país árabe, incluida la capital, Saná.

En un comunicado, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, ha indicado que "el pueblo yemení tiene el derecho de manifestarse de manera pacífica y recordamos al presidente Ali Abdulá Saleh su responsabilidad de garantizar la seguridad de los yemeníes que ejercen su derecho universal a expresar sus opiniones políticas".

Washington, ha subrayado Carney, insta a Yemen a investigar los acontecimientos y hacer que los responsables de la violencia rindan cuentas.

EEUU "apoya firmemente al pueblo yemení en su búsqueda de mayores oportunidades y su anhelo de una reforma económica y política que cumpla sus expectativas", señaló.

Saleh debe resolver el punto muerto en el que se encuentran sus contactos con la oposición de modo que pueda tener lugar un cambio político "significativo a corto plazo y de manera ordenada y pacífica".

"Pedimos a todas las partes que se impliquen en un diálogo político constructivo y que tracen una ruta que anteponga la unidad, el progreso y la prosperidad futura de Yemen por encima de las agendas individuales", ha apelado el portavoz.

Un enfrentamiento entre partidarios y detractores del régimen del presidente yemení, Ali Abdalá Saleh, que se manifestaban ayer en las calles de la ciudad de Taez, en el sur de Yemen, causó 37 heridos.

Estos enfrentamientos tuvieron lugar poco después de que cuatro personas murieran y otras 27 resultaran heridas en un enfrentamiento entre militares opositores y una delegación de la tribu de Saleh que pretendía mediar con los manifestantes acampados en el centro de la capital de Yemen, Saná.