Barcelona se gasta medio millón de euros al año en quitar los chicles del suelo
Si un chicle en la tienda cuesta cinco céntimos, limpiarlo, una vez en el suelo, le cuesta al ayuntamiento 20 céntimos por chicle
Los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Barcelona se gastaron el año pasado 500.000 euros en limpiar chicles de aceras y asfalto. Desde el consistorio aseguran que este es el residuo que más cuesta de sacar y el procedimiento es muy delicado. Hay 19 máquinas en la ciudad capaces de limpiar chicles y lo tienen que hacer, uno por uno.
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Duran poco tiempo en la boca y después hay que tirarlos. Entre las dos opciones que hay: la basura o el suelo, muchos eligen la buena, pero hay, como siempre, una minoría silenciosa, que opta por el suelo y esto tiene un coste en limpieza que, en Barcelona, se traduce en 20 céntimos por chicle, cuatro veces más de lo que cuesta un chicle en la tienda. Hay varios sistemas de limpieza en el mercado y todos són lentos y costosos. En la capital catalana se hacen diferentes actuaciones específicas cada año para desenganchar los chicles de las aceras, sobretodo en el centro, que es donde se concentran más residuos de este tipo. Jordi Ametlló, director del Servicio de Limpieza del Ayuntamiento de Barcelona, cuenta que a finales del año pasado se limpiaron zonas comerciales como el Portal del Angel y turísticas como las Ramblas y que "a los 15 días ya volvían a necesitar una limpieza".
Barcelona cuenta con 19 máquinas que tiran agua caliente a muy alta presión para desenganchar, uno por uno, cada chicle. Entonces, se pueden sacar de la calle. Además de para sacar chicles, estas máquinas también se utilizan para limpiar manchas de grasa o la suciedad alrededor de los containers. Pero el procedimiento es complejo y hay que acordonar las zonas que se quieren limpiar. Por eso, cuando se utilizan éstas máquinas es a primerísima hora de la mañana, antes de que las calles se llenen de transeúntes. Desde los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Barcelona aseguran que, tal como se ha hecho con la materia orgánica, los excrementos de perros y las colillas de los cigarrillos, el Ayuntamiento no descarta hacer una campaña de sensibilización para pedir a los viandantes que utilicen la papeleras para tirar los chicles.