Internacional
Reportaje:CUMBRE ITALIA-FRANCIA EN ROMA

Carla Bruni no es la condesa de Castiglione

La esposa de Sarkozy y los antecedentes históricos entre París y Roma

Nicolás Sarkozy y Silvio Berlusconi, durante la cumbre de este 26 de abril en RomaREUTERS

El palacete de 'Villa Madama', en la cima de una de las colinas más verdes de Roma, es un escenario que Silvio Berlusconi considera propicio desde hace años para 'hacer' sus chistes eróticos y machistas en las cumbres de jefes de Estado o de Gobierno.

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En los días previos al encuentro bilateral Italia-Francia, el martes 26 de abril, los colaboradores más próximos al primer ministro italiano le exigieron que se mordiera la lengua, especialmente después de difundirse el último chiste, su presunta pérdida de memoria. "Perseguía a mi secretaria para 'famerla' encima de la mesa" -contó Berlusconi. "Pero, presidente, si lo hemos hecho hace dos horas" -contestó la mujer. "¿Lo véis?" -preguntó Berlusconi a los periodistas. "Estoy perdiendo la memoria".

En la anterior cumbre Italia-Francia de febrero del 2009 el primer ministro italiano habría susurrado a la oreja del presidente francés -según la interpretación labial- "yo te he dado a tu 'donna' (esposa)". Afirmación desmentida inmediatamente por la oficina de prensa del gobierno, según la cual habría dicho 'yo he estudiado en la Sorbona', algo que no consta en la Universidad francesa. Sea como sea, Nicolas Sarkozy precisó entonces que la frase de Silvio Berlusconi era irrepetible en público. En algunos círculos de Italia, en los que la mujer se usa según convenga, la piamontesa Carla Bruni, esposa del Presidente de la República Francesa, es una decepción fastidiosa. No pueden paragonarla a la bellísima y fascinante Condesa de Castiglione, amante del rey Víctor Manuel II, la espía italiana que el Conde de Cavour dio a Napoleón III para que le sonsacara en el lecho de la Corte de París sus intenciones en la guerra de Crimea. Carla Bruni no es la nueva Condesa de Castiglione en el Palacio del Eliseo que Berlusconi ha dado a Sarkozy. Una frustración nostálgica muy italiana.

Ante el presidente de Francia no hubo bromas del primer ministro italiano en esta cumbre bilateral de 2011. Ni el escenario de Villa Madama era propicio cuando está en curso el proceso judicial, en el que aparecen como imputados Berlusconi y sus mejores amigos, por presunta inducción a la prostitución de 44 mujeres.

 
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